En Barbate somos cardeosos casi por naturaleza. Miedo me da el día que decidan inaugurar el Mcdonals porque eso será casi como los juegos del hambre, estoy prácticamente segura. En Barbate las cosas por moda pueden funcionar o casi fracasar al instante porque así somos los barbateño, pero cuando mezclas un ambiente genuino, sano, creativo y heterogéneo con un deporte como el crossfit, el éxito puede que sí esté asegurado, si así lo logran mantener sus entrenadores.
Lo llevo sufriendo y disfrutando a partes iguales desde el mes de agosto. Lo que comenzó hace meses como una obligación, ahora es una pequeña adicción que viene a dosis de comba, burpees, sentadillas, flexiones, saltos al cajón, barra, salidas a correr o pino.
En ese box se respira amor como vitamina de sus entrenadores (porque ya lo respirábamos cuando trabajaban en la piscina). Se respira un compañerismo a base de explicaciones por lo ‘bajini’ a la par que maldiciones antes del entreno. Se respira tranquilidad con una dosis de paciencia, mezclada con ironía mientras nuestro maravilloso Eu nos explica tooooodo lo que nos queda por delante. Además, se respiran las dos grandes opciones que te dan antes de empezar:
1. Te vas al rincón de llorar.
2. Tiras pa’lante con tó lo que puedas y como puedas.
“Bien, lo lograste”, te dice con una sonrisa al finalizar.
Allí tu mente se queda en blanco, no te llega el oxígeno más que para terminar el ejercicio. Pensar queda completamente al margen. Allí tu mente se engrandece a la par que descansa. Allí sigues maldiciendo la explicación cada vez que haces un ejercicio, pero la sensación que tienes cuando acabas es indescriptible. Y sí, comienzas a ver cómo el sacrificio tiene recompensa a base de tonificación y masa muscular.
El box de Eu y Gema sana y desvanece todo el estrés del día. Crece como una familia mientras incluye a toda aquella persona que llega. Enseña valores, inglés, matemáticas, compañerismo pero, sobre todo enseña a que si crees en ti, acabas lográndolo. Es suspiro, es relinchar, es coordinar y besar el suelo en cada burpees. Son callos mientras te compras unas calleras porque ¡madre mía! cómo tienes las manos. Es disfrutar de un entreno con unos ejercicios de alta intensidad que te ayudan a aumentar tu capacidad física, a tonificar, a ganar fuerza y confianza
El box de Eu y Gema es una genial maravilla porque han conseguido que aquella loca idea que tenían cuando compartíamos vestuario, se haya convertido en su modo de vida porque ellos han forjado, creado e inspirado a otros.
Leo no sabe aún la suerte que tiene de teneros como padres.
A ti, si lees esto, puede que no lo entiendas, yo antes tampoco lo entendía, por eso, gracias por dejarme formar parte de esta gran familia. No sabéis cuanto ayudáis a sanar.
