Caminante, no hay camino…. Haciendo honor a ello, seguimos con el nuestro, lo vamos construyendo poco a poco “al andar” por la Janda Interior gaditana… Lo importante: las ganas de seguir con nuestro recorrido. ¿Continuamos? Sigamos paseando…
-¿Has pensado en todo aquello que hablamos el otro día?
-Sí. Aquella noche, cuando me fui a la cama, imaginé un camino de piedras que llegara de Medina a Roma. Y la verdad, todavía no he podido construirlo. Me resulta, si no difícil, más que imposible. Estamos hablando de miles de kilómetros.
-¿Y?
-Y no sólo eso, miles de años de historia.
-¿Y?
-Pues eso… ¡Imposible!
-¡Incrédulo! Lo viste con tus propios ojos, pisaste sus huellas, sentiste el paso de los años a través del desgaste de la piedra, ¿no lo recuerdas?
-¿Cómo lo iba a olvidar? Cuando palpé con mis manos el suave hueco que se hacía en la piedra, no pude remediar sentir un escalofrío al pensar todas las personas que habían pasado por allí.
-Entonces, ¿qué es lo que te hace dudar? ¿qué es lo que te impide ver que tu pueblo haya sido forjado desde la Edad del Bronce, pasando por romanos, visigodos, musulmanes... y ahora, por ti?
-Que aún sigan en pie sus restos...
-Sé que es difícil retroceder tantísimos años en el tiempo… nos puede quedar lejano, incluso, ajeno. Pero no tienen que bastar “esos restos” para saber qué fuiste, pues una inmensa parte de ellos, ya son “historia”, quiero decir, han desaparecido con el paso del tiempo y por la mano del hombre. Y no por ello, debes perder tu identidad.
-Ya. Gracias a lo que me dijiste, intento “escuchar” cuando voy caminando por mis calles, cuando me siento en banco de cualquier plaza, cuando intento seguir la estela que ha dejado impresa la calzada romana…. Pero resulta muy difícil, porque no “escucho” nada. No sé lo que hacer por todo aquello que me decías, por mis murallas, por mis monumentos, por mi pueblo, al fin y al cabo.
-Tranquilo. No te preocupes. Tus palabras son un soplo de aliento a la historia, al arte, a tu patrimonio.
-¿Tú crees?
-¡Claro! No lo dudes. Tu preocupación es el principal antídoto contra el mal de la historia, es decir, su olvido y destrucción.
-Gracias. Eso me alivia un poco.
-¿Qué te apetece hacer hoy?
- Quiero ir a Alcalá de los Gazules.
-¿Por qué? Aún nos queda mucho por descubrir en Medina Sidonia...
-No sé. Quiero ir.
-Paterna de Rivera está más cerca.
-Lo sé, pero el otro día se me vinieron a la cabeza unas palabras que repetía mi abuelo una y otra vez.
-¿Qué palabras eran esas?
-Palabras en las que nombraba a Alcalá de los Gazules. Mi abuelo adoraba a Lorca, y siempre le he oído recitar: “Yo que soy andaluz y requeteandaluz...”. Las llevo grabadas desde muy pequeño.
-¿Te sientes andaluz?
-Sí. Y más desde que sé que mi propio acento me distingue como tal.
-Sí.
-Siempre terminaba diciendo esto: “por Cádiz auténtico y entonado, por Alcalá de los Gazules, por lo que es íntimamente andaluz...”. Sé que está muy cerca de aquí, pero nunca he tenido la oportunidad de ir. Quizás sea ese el motivo por el que sienta la necesidad de conocer el pueblo al que tantas veces aludió mi abuelo a través de las palabras del maestro granadino.
-Tus deseos son órdenes ¡Vamos a Alcalá!
-Me encanta el paisaje... Cada vez que viajo, me gusta recrearme en él.
-¿Sabes cómo se llama toda esta comarca?
-No.
-Es la Janda, concretamente, la Interior.
-¿Por qué “interior”?
-¿Por qué crees tú que se llama así?
-No sé ¿La Janda Interior? ¿Por qué está en el Interior de algo? ¿No?
-¡Claro! Pero, ¿de qué?
-¿De Cádiz?
-Efectivamente. Estamos en la Comarca de la Janda, en la que encontramos una fértil campiña entremezclada con sinuosas mesetas, lomas ondulantes, dentro del Parque Natural de los Alcornocales, en plena Serranía Gaditana.
-¿Puedo abrir la ventanilla?
-Sí, pero sólo un poco.
-Me gusta respirar este aire. Es distinto al de la costa, al que siento cada vez que llego a Barbate.
-Sí, es distinto, pero igual de especial, ¿verdad?
-Sí, sí, sí.
-Pues tú mismo te has respondido a la pregunta que me hacías.
-¿Cuál?
-¿Ya no te acuerdas…?
-Sí, sí “¿por qué interior?”
-Sí.
-Porque estamos en pleno corazón de Cádiz, porque estamos en el interior de Andalucía… ¡Qué de pinares!
-No, son alcornoques, estamos a las puertas del parque de los Alcornocales,
de ahí su nombre, además de encinas, robles… ¿Te gustan?
-Me encantan… ¿Un toro? ¡Un toro! No, no, no, hay muchos... ¡Quiero verlos de cerca! ¡Vamos a parar!
-¿De verdad? ¿No te dan miedo?
-En absoluto.
-Espera un momento. Ahora.
- ¡Son enormes! Me gustaría acercarme a ellos mucho más.
-No te lo aconsejo. Podría ser peligroso.
-Lo sé. Pero están tan tranquilos, que no demuestran su braveza ¿verdad?
-Así es. Su tranquilidad paradójicamente puede resultar engañosa.
-Me gustaría sacar una fotografía, tan sólo los he visto por televisión, pero no en libertad, en su hábitat natural ¿puedo?
-¡Claro que sí! La belleza de estos animales en libertad, es digna de inmortalizar. Pero, ten cuidado, no te vayas a caer...
-¡Ya!
-Ahora que estamos delante de ellos ¿recuerdas cómo se llama el camino que estamos siguiendo para llegar a Alcalá?
-Si no me equivoco, me dijiste que desde Sevilla, se tomaba la llamada “Ruta del Toro”, ¿es quizás por ellos?
-Sí, así es. Esta “Ruta del Toro” comienza en Jerez de la Frontera y termina en el Campo de Gibraltar ¿Sabes? Ya la Biblia hacía referencia escrita sobre este animal. El toro y el hombre, uno y otro han convivido desde épocas inmemoriales. Tanta importancia tuvo para el hombre que lo inmortalizó en cuevas y cavernas. Lo podemos comprobar en muchísimas lugares en todo el ámbito peninsular y fuera de él.
-¿Desde época prehistórica?
-Y más… el misterio que encierra este animal ha ido siempre unido a un halo mágico-religioso, de ritos de entretenimiento y ocio. En la antigua Grecia y Roma, se convirtió en hito de su cultura ¿Conoces el mito del Minotauro?
-No. Pero “tauro” suena a “toro”, ¿es así?
-Sí, recuérdame que te lo cuente a la vuelta.
-¡Vale!
-El toro ha sido el motivo de múltiples estudios e interpretaciones de muchísimos historiadores. Debes saber que muchos ven el origen de las corridas de toros españolas en los juegos circenses romanos. O como Schulten, defendía por su parte, que las corridas de toros hispanas no son más que la pervivencia de los juegos de toros de Creta. La figura del toro está unida a la historia y como tal, muy representada en el arte, mezclándose mito, divinidad, fuerza, poder, fiereza y templanza en una res que se convertirá en representante por excelencia de las diversas culturas que poblaron Iberia desde tiempos remotos. Mira, ¡mira cómo nos miran…!
-¡Me gusta verlos así… Libres!
-Hoy día, en los campos de la provincia de Cádiz, se crían multitud de especies de toro de lidia, recogiendo en sus prados y campos la legendaria casta de los toros de lidia andaluces. Esta provincia es una de las más importantes en el mundo taurino.
-Quieres decir que ¿esa casta es heredera de lo que hoy conocemos como “el toreo”?
-Digámoslo así. Esta ruta invita descubrir a este animal en su entorno natural, mostrando así, su nobleza, altivez y serenidad difícil de ver en otros lugares. Vamos, tenemos que llegar a Alcalá, se nos hace tarde.
-Sí, pero me quedaría todo el día contemplándolos…
-Me lo imagino. Es impresionante observar a este animal. Pero queda mucho día por delante. Sigamos disfrutando de la gran riqueza paisajística de La Janda.
- ¡Interior!
- Sí, “interior”. La campiña se une a las llanas tierras de la vega, que contrastan con las sierras de los Alcornocales ¿Sabes que eso también es patrimonio?
-¿Patrimonio? Vamos a ver… me dijiste que patrimonio era La Coronada, las Cloacas, la Calzada, la Ermita de Los Santos Mártires...
-Y muchísimo más que no hemos descubierto aún, no lo olvides… otros aspectos que deben ser considerados “patrimonio”.
-Sí, además, nuestras costumbres, nuestras fiestas, mi habla...
-Y más…
-¿Qué más? ¿Un parque?
-Efectivamente, el patrimonio natural. Todo lo que estás viendo a lo largo del viaje, forma parte de nuestro patrimonio, que al igual que el de Medina debe ser cuidado ante todo, respetado y conservado. Un entorno único e incomparable, que conforman, junto con el histórico, artístico y cultural, ese tesoro que en el sur de la antigua Hispania, llamamos, Andalucía. Llevas razón cuando te preguntas si un parque natural puede ser objeto patrimonial. Sin embargo, es el más difícil de conservar, y sobre todo defender ante las potentes garras, a veces, cruel, del hombre.
-¿Por qué?
-¿Por qué? ¿Qué ocurriría si alguien quiere construir una casa en pleno parque natural?
-No puede.
-¿Por qué?
-Porque es un parque.
-Muy bien… pero imagínate que se pudiera.
-Tendría que destruir muchísima vegetación.
-Sí, y no sólo eso. Con ella, la flora, la fauna, y todo lo que conforma el hábitat natural.
-No pensaba que fuera para tanto.
-Pues sí, lo es. No lo olvides. Pero... ¡no te pongas tan serio!
-Es que queda mucho por hacer. Me siento impotente, me estoy dando cuenta que no sé cómo cuidar mi entorno, mi pueblo...
-¡Eso no es así!… ya te dije hace unos momentos que tu preocupación es el principio para comenzar a defender lo que es tuyo, y a la vez, de todos...
-Gracias. Pero no se me va de la mente todo aquello que hemos perdido.
-Lo siento, pero con respecto a eso, ya no hay marcha atrás. Ahora tienes el presente. Ese es tu principal arma para luchar por lo que crees.
-Llevas razón… ¿Queda mucho para llegar?
-No… Faltan aún unos kilómetros. Pero antes, vamos a ir a un lugar que sé que te gustará.
- Te has desviado de la carretera ¿Qué sitio es ese?
- No seas impaciente, enseguida llegaremos... verás un lugar donde se une historia y devoción, tradición y culto.
-¿Una iglesia?
-Sí. Pero, más aún… allí se dan cita en romería miles de personas todos los años para venerar a su patrona, la Virgen de los Santos… La devoción a ella data de la histórica Batalla del Salado en 1340.
-¿Desde cuándo?
- Lo que has escuchado, desde el siglo XIV.
-He oído hablar de esa romería, pero a mis abuelos, ellos también asistían. Es otro de los motivos por el que quería venir a Alcalá ¿Podríamos decir que esa romería es también patrimonio?
-Veo que aprendes rápido.
-¡Gracias!
- Pues baja. Ya estamos aquí...
España
Un paseo hacia Alcalá de los Gazules
Al nombrar la provincia andaluza de Cádiz la tendencia a pensar en sus costas, en el mar? es inevitable, obviando su gran riqueza interior. Por ello, desde esta sección, cada quincena hacemos un recorrido por los distintos municipios del interior de la comarca
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