El Tío Pepe Festival dedica su último tramo al flamenco con el ciclo Solera y Compás. Esta edición, la de 2023, la firma bodeguera ha contado con una serie de nombres de fama internacional, saliéndose en parte de la estructura de los últimos años en los que proponían festivales al uso con varios nombres del cante, del baile y la guitarra conformando los carteles.
Vicente Amigo, Estrella Morente, Tomatito o Pitingo son las figuras de esta edición, dejando solo una jornada al formato clásico que tanto ha gustado ediciones atrás. Cabe recordar que en plena pandemia, verano 2020, cuando la actividad flamenca era prácticamente nula, la dirección del festival decidió apostar por iniciar este ciclo que fue creciendo ambiciosamente hasta convertirse en citas cuyo interés trascendía de lo local o regional, para llegar a ser nacional.
Este año, como detalle, estaba previsto contar con el maestro Pansequito, con la colaboración de Aurora Vargas, llegando incluso a estar el cartel en la calle con motivo del sesenta aniversario del cantaor en activo. Por desgracia, el repentino fallecimiento a principios de este año, todo se vino abajo.
Una de las noches más interesantes de cuantas se han presentado es la del 10 de agosto, 21:30 horas,en el patio de la Tonelería, con cinco titanes del flamenco más tradicional encima de las tablas. Por un lado, las voces de Jesús Méndez, Pedro El Granaíno y Antonio Reyes, con la guitarra de Diego del Moraoy la colaboración de Joaquín Grilo al baile.
Si bien es cierto que todos y cada uno de ellos suelen estar en numerosos carteles del verano, quizás algo menos Joaquín por pertenecer a una disciplina que no suele entrar en los circuitos estivales, en rara ocasión puede verse a estos cincos sobre un mismo escenario por lo que la expectación es máxima. Cada uno de ellos tiene una legión de seguidores por cualquier parte del mundo gracias a la personalidad que los ha definido como singulares.
Jesús es el cante de Jerez, en todos sus lamentos y quejíos, recordando siempre la saga a la que pertenece y el poderío en la garganta de los Méndez. Lleva un verano altamente intenso llegando a estar en lo más alto del escalafón en cuanto a número de apariciones. Quizás, a la misma altura que Antonio Reyes, cantaor de Chiclana que ha estado nominado, incluso, a los Grammy Latinos por su grabación en directo junto a Diego del Morao. Antonio tiene la dulzura de un atardecer de la Barrosa, playa que inspira a los de la tierra de las alegrías, estilo que Reyes ejecuta con suma perfección, al igual que la soleá o los tangos. Hasta Granada llega el metal de Pedro que, aunque nació en la ciudad de la Alhambra, se crio artísticamente en Sevilla. El cantaor ha sido la revelación de las últimas temporadas y es de los que menos aparecen por Jerez. Su última vez fue el pasado otoño en la Peña Tío José de Paula.
La guitarra de los Morao es Santiago, compás y rasgueo. Es Diego un auténtico Dios de la sonanta, admirado, idolatrado más bien, por las nuevas generaciones que quieren parecerse a él. En la actualidad ha dejado a un lado su faceta concertista, pudiéndola exprimir más, y acompaña a Israel Fernández, el cantaor mediático del momento. Verlo en el escenario es recorrer el sonido más flamenco de Jerez.
Por último Joaquín, el mago del tiempo, bailaor creativo y racial que ha superado las expectativas de la escuela jerezana. Su etapa con Lola Flores o Paco de Lucía marcaron el futuro de quien hoy por hoy es uno de los nombres propios de la danza flamenca a nivel mundial.
