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“Me gusta”: el fracaso de internet

No es que todos fueran muy activos antes de la existencia de internet con sus “Fiezbú”, sus “tuiter” y otras redes llamadas sociales. Pero por lo menos...

Publicado: 06/07/2023 ·
07:08
· Actualizado: 06/07/2023 · 07:08
  • Redes sociales. -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

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Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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No es que todos fueran muy activos antes de la existencia de internet con sus “Fiezbú”, sus “tuiter” y otras redes llamadas sociales. Pero por lo menos, como no existían, teníamos la necesidad y el aliciente de buscar la información y de acudir a reuniones, actos, manifestaciones y similares. Aunque lo que sigue pueda parecer un sacrilegio, las redes sociales han venido a desmovilizar. Desde que la gente se ha dedicado a utilizarlas, las redes son muy activas Las redes, sí. La gente, no. Una invitación a un acto o una presentación recibe decenas de “me gusta”, pero bastante menos de asistencia. En cualquier convocatoria puesta en redes la asistencia es muchísimo más baja que los “me gusta”. De la presentación o anuncio de un libro sobra comentar. Puede recibir centenares de “me gusta”, pero las ventas se cuentan con los dedos de una mano, cuando se pueden contar. Será que ahora estamos todos mucho más ocupados. O que es más cómodo pulsar el botón que molestarse en salir a la calle; o pedir el libro, que además cuesta dinero. El “me gusta” sólo sirve como auto justificación. No hay que generalizar, pero la mayoría ve cumplido su compromiso ciudadano pulsando el botoncito.

Para no negar su utilidad, sirvan sus excepciones. Hay todavía gente comprometida que acude a actividades lúdicas o culturales, para las cuales cualquiera de sus redes son un buen medio de difusión.

Pero las excepciones sólo confirman la regla. Se dirá que la gente está cansada, pues tanto no debería cansar una salida a la semana, incluso al mes, que tampoco hace falta estar todos los días de “pingos culturetas”. Eso no es un avance, más bien todo lo contrario. La facilidad para (no) participar, disminuye público de cualquier acto o manifestación cultural o política. También es posible que los actos políticos cada vez interesen menos, pero esos actos no sólo son mítines o similares. Y hay datos, detalles, que a todos interesan. Porque la información y la formación nos hacen más conscientes y más acertados a la hora de decidir el voto.

Internet llegaba como el sumun de la información, como máxima expresión de libertad. Y lo que es peor: de gratuidad. Ya hemos visto que no hay nada gratuito, que todo tiene un precio. Tan limitado es internet como cualquier otro medio, porque nadie domina doscientos idiomas. Pero nos llena de esos “cookies” que terminan por dominarlo e incluso bloquearlo. 

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