Cuarenta y ocho horas después de cosechar el PSOE andaluz su segunda derrota consecutiva en Andalucía (la histórica mayoría absoluta del PP en las autonómicas del 19J y las municipales del 28M con la mayor concentración de poder local en manos populares en la historia reciente), el secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas, lanzó en 7Tv Andalucía una frase que ha caído como una bomba racimo en el ya tocado ánimo de la tropa socialista: “El PSOE normalizó la victoria durante 37 años y también tiene que normalizar la derrota. Llevamos dos convocatorias en las que hemos perdido y normalizamos esas derrotas, pero eso no significa que nos quedamos de brazos cruzados ni que no hagamos autocrítica”.
La parroquia socialista anda perpleja con esa afirmación a unas semanas de la trascendental cita con las urnas en las elecciones generales. Mientras Pedro Sánchez intenta insuflar a su ejército moral de victoria, desde la otrora federación más importante del socialismo, su líder afirma que el PSOE debe acostumbrarse a perder. No imaginan la de dirigentes socialistas que enviaron a este periodista este fragmento preguntándome en qué circunstancias hizo esas declaraciones, como queriendo que les dijera que todo era un montaje. Pues no, de montaje nada. De la primera a la última letra. El más condescendiente concluyó que está pasando por un momento complicado y comete errores. Los otros comentarios no eran tan comprensivos.
También haría bien el PP en no normalizar las victorias, porque en estos momentos no hay nada sólido en la política española. Todo es líquido, incluso gaseoso. Es cierto que a la luna de miel del PP andaluz y del presidente Moreno no se le ve el final a día de hoy, pero las victorias no blanquean ciertos comportamientos y meteduras de pata mayúsculas, como vetar que la comunidad científica -en especial, el reputado biólogo Miguel Delibes- no compareciera en la comisión de Fomento del Parlamento andaluz para hablar sobre el impacto de la ampliación de los regadíos en la corona forestal del Parque. Menos mal que han corregido el ridículo monumental de silenciar las voces autorizadas y Delibes, Revilla y otros expresarán sus versiones discrepantes con PP y Vox. Decía Felipe González que en política era importante no meter la pata, pero más importante era sacar la pata cuando se metía. Los populares han sacado una pata, pero deben sacar la otra retirando definitivamente esta Ley, como retiraron la atención primaria de la orden de conciertos que por primera vez ponía precio a la privatización del médico de cabecera.
Pd. Ánimo querido Manu, Manu Sánchez, nada ni nadie te frenará. Mucho ánimo y mucha ciencia en la sanidad pública andaluza.
