Me da que algunos partidos y dirigentes se están regalando el oído para motivarse ante la adversidad. Quedan menos de siete semanas para las elecciones municipales del 28 de mayo y los argumentarios escritos o no escritos que de boca en boca circulan entre los militantes dibujan un escenario placentero para todas las formaciones políticas. Y, claro está, es imposible que cuando se abran las urnas se cumplan todos estos pronósticos partidistas.
En el Partido Popular confían mucho en un supuesto voto de castigo al gobierno de coalición en Madrid -empeñado en airear diferencias en lugar de vender gestión económica y social-, aunque hay otros factores nada desdeñables como el valor en alza de la marca, el efecto Moreno, la desaparición de Cs y el estancamiento de Vox. Todo esto puede tener cierta relevancia, especialmente en las grandes capitales, pero cuidado, señores del PP, que las siglas populares pueden surfear en una ola, pero la mayoría de estudios demoscópicos avisan que esa ola está muy lejos de parecerse a la imperial de Nazaré visto, sobre todo, el rumbo en ocasiones errático del líder Feijóo.
En el PSOE se agarran a la gestión de los alcaldes como gran asidero para renovar el formidable granero de votos locales que siempre cosecha en Andalucía. Ningunean interesadamente el posible desgaste de Pedro Sánchez, la nube de poder empalagoso en la que se desliza el presidente andaluz, y el limitado tirón de su secretario general Juan Espadas.
En Unidas Podemos andan en el diván. Con acuerdos en algunas ciudades, en otras no, y con sus mayores en Madrid fragmentados entre quienes quieren unirse a Sumar y quienes acusan a Yolanda Díaz de traidora no sólo con la formación morada, sino en clave laboral con Andalucía por su olvido como ministra de Trabajo de nuestra tierra durante toda la legislatura.
Confundidos del todo están en Adelante Andalucía que ninguna generosidad ha mostrado con posibles coaliciones de izquierda con Podemos e IU. Es cierto que la expulsión de Teresa Rodríguez y compañía del grupo parlamentario fue traumática y extremadamente dolorosa, pero u olvidan este episodio, o la izquierda alternativa le va a regalar unos pocos ayuntamientos al PP. El caso más paradigmático está en Cádiz donde si no pactan los 3 partidos a la izquierda del PSOE el bastón de mando se lo servirán en bandeja a los populares.
Y tremendamente perdidos están los últimos de Ciudadanos si piensan que no perderán todos sus apoyos y en Vox que no le dan la importancia que debieran a estas elecciones que siempre han creado estructuras de partido porque en lo local se forjan los ejércitos que luego te auparán a mayores cotas de poder.