En un comunicado, en el que la poderosa congregación hace un “mea culpa” por los pecados de Maciel (1920-2008), los Legionarios de Cristo aseguran que habían “esperado” que las acusaciones contra el fundador fueran falsas o infundadas, “pero no ha sido así, por lo que ante la gravedad de las faltas no podemos mirar a su persona como modelo de vida cristiana o sacerdotal”.
“Estamos profundamente consternados y tenemos que reconocer que son ciertas las acusaciones contra el Padre Maciel, entre las que se incluían abusos sexuales a seminaristas menores”, manifestaron en el comunicado, hecho público diez días después de que concluyera la inspección ordenada por el Papa a esa congregación.
El mea culpa lo han hecho cuatro años después de que Benedicto XVI castigara, el 19 de mayo de 2006, a Maciel por esos abusos, le impusiera una vida de penitencia y que renunciara a todo ministerio público y no le abrió un proceso canónico debido a su avanzada edad 85 años en aquel momento.
En el comunicado, en el que ya no le llaman simplemente Padre, reconocen que el sacerdote tuvo una hija “de una relación estable y prolongada” con una mujer y que otras dos personas afirman que son hijos suyos de otra relación. “Condenamos estos actos contrarios al deber cristiano, religioso y sacerdotal y afirmamos que no corresponden a lo que nos esforzamos con vivir en la Legión y el Regnum Christi (los legionarios laicos).
Asimismo expresaron su “dolor y pesar” a todas y cada una de las víctimas de Maciel y pidieron perdón a todas aquellas que le acusaron “y no fueron creídas o no fueron escuchadas porque en aquel momento no podíamos imaginar esos comportamientos”.
Los Legionario aseguran que tienen que expiar las faltas y el escándalo causado por Maciel y piden a sus miembros intensificar los rezos.
Asimismo se comprometen a “ofrecer seguridad” a los menores en sus instituciones y aseguraran que si se descubre “alguna colaboración culpable” actuarán siguiendo los principios “de justicia y caridad cristiana” contra esas personas.
Los legionarios afrontan el futuro con confianza, según señalaron, y seguirán buscando “la reconciliación y el encuentro con quienes han sufrido”.
El reconocimiento de los abusos de Maciel lo han hecho diez días después de que concluyese la inspección de la congregación ordenada por el Papa, realizada por cinco obispos, que enviará en fechas próximas los informes a la Santa Sede para que Benedicto XVI adopte las medidas que considere “necesarias y oportunas”.
Durante la inspección los prelados analizaron el sistema formativo, revisaron el estado financiero e investigaron si han respetado la supresión decidida por Benedicto XVI en 2008 del conocido como “cuarto voto”, que era secreto.