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Jaén

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Operación 'quirúrgica' en el corazón de San Miguel

Los trabajos para recuperar esta iglesia del siglo XIV, en el barrio de La Magdalena, están dando sus frutos

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Vicente Barba muestra los frescos aparecidos en uno de los arcos del antiguo templo.

El ábside de la iglesia aún se conserva, pero muestra grietas y un techo desplomado.

Un equipo de cerca de una decena de personas está realizando en estos momentos una operación quirúrgica de extrema precisión y complejidad en el corazón del barrio de La Magdalena. El paciente es una iglesia, oculta en el interior de seis viviendas en estado ruinoso, y que ha mostrado sus primeros signos de recuperación en forma pictórica. Está empezando a dar sus frutos el trabajo minucioso que están realizando Vicente Barba, responsable de Patrimonio del Ayuntamiento, y su equipo en lo que antiguamente fue la iglesia de San Miguel.

En concreto, ya han salido a la luz unos frescos del siglo XVII en uno de los arcos de medio punto que había en el lateral izquierdo de la iglesia. Estas pinturas estaban ocultas bajo ingentes capas de pintura después de las numerosas reformas que ha sufrido el edificio con el paso del tiempo. Ahora, a punta de bisturí, se van a recuperar. “Esta semana comenzarán los trabajos de evaluación de los frescos para posteriormente proceder a su conservación y consolidación”.

El delicado estado de salud en el que se encuentran hace que esta labor se vaya a tener que realizar milímetro a milímetro y con pulso de cirujano. Pero ésta no es la única operación a la que se va a someter a la antigua iglesia de San Miguel. Y es que se sabe que tiene todavía muchos tesoros que ofrecer. De hecho, según Vicente Barba, todavía no se ha avanzado ni un cinco por ciento en una intervención con la que se espera recuperar la fisonomía de un templo que todavía conserva con seguridad una bóveda de crucería de época gótica, una de las antiguas capillas y un escudo heráldico todavía por datar. Además, existe el convencimiento entre los profesionales que trabajan en la zona de que, por la topografía del lugar y otros datos que poseen, existen bajo la iglesia restos de edificios importantes de épocas anteriores.

 

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En este equipo ‘quirúrgico’ hay restauradores, historiadores, arqueólogos o aparejadores, que saben que, aunque Andrés de Vandelvira construyó la portada del templo en 1.556 (se encuentra reconstruida en el Museo de Jaén), “hay indicios góticos y mudéjares que dejan claro que la construcción del edificio corresponde a una época anterior”.

Se estima que se levantó durante el siglo XIV y por la orografía de la zona y las edificaciones de la época, aseguran que en aquel momento “debió de ser uno de los monumentos predominantes de la ciudad”. Ahora mismo lo que se está realizando allí es “arqueología arquitectónica”. “Se están picando las paredes para ver qué esconden en su interior, pero también para identificar en el tiempo las distintas reformas que ha ido sufriendo el edificio”, explica Barba.

Todavía se conservan los pilares de piedra que sustentaban el mismo y el ábside al que no cuesta apreciarle las grietas que el abandono y el tiempo le han provocado. El estado de salud de este tesoro patrimonial es delicado, pero se encuentra en las mejores manos posibles.

Inversión

Esta primera intervención cuenta con un presupuesto de 327.504,61 euros y el plazo de ejecución estimado es de cuatro meses, aunque estos primeros trabajos son solo la punta de un iceberg que puede culminar devolviendo a la vida a un monumento que es parte importante del conjunto histórico de Jaén.

Un espacio que se había abandonado

El estado en el que se encuentra el ábside de la antigua iglesia de San Miguel o los suelos de las viviendas que se construyeron en su interior dejan a las claras el profundo abandono que durante décadas ha sufrido este patrimonio de la ciudad. De hecho, se tuvieron que apuntalar los suelos de los pisos para poder acceder a las plantas superiores por el peligro de derrumbe que suponían en su estado.

Un potencial aún por descubrir

Los trabajos en el antiguo templo no han llegado todavía a un cinco por ciento y los técnicos creen que una vez recuperada toda la iglesia podría suponer un atractivo turístico de un valor muy importante para la capital del Santo Reino.

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