La población mundial ha alcanzado este martes los 8.000 millones de personas, una cifra que el secretario general de la ONU, António Guterres, califica como un "hito histórico para el desarrollo de la humanidad" a pesar de que el ritmo de crecimiento anual es el más lento desde los años 50 y de que las desigualdades siguen aumentando.
El informe de Perspectivas de la Población Mundial de la ONU sitúa a India como el país más poblado de cara a 2030 por delante de China e indica que la población mundial podría llegar a los 8.500 millones para 2030, una cifra que podría ascender a los 9.700 millones en 2050 y a 10.400 millones en 2080.
"Este año se alcanza un hito. (...) Esta es una ocasión para celebrar la diversidad y reconocer nuestra humanidad común mientras nos maravillamos con los avances en materia de salud, que han reducido drásticamente las tasas de mortalidad materna e infantil", ha aseverado Guterres.
No obstante, ha expresado que se trata de un recordatorio de "la responsabilidad compartida de cuidar el planeta" y de la necesidad de reflexionar sobre "los compromisos que no se han cumplido". En este sentido, ha recordado la importancia de hacer frente a crisis como la del coronavirus, la climática o los conflictos armados: "el mundo está en peligro".
"Todavía vivimos en un mundo con desigualdad de género, donde se vulneran los derechos de las mujeres y se les niegan servicios básicos. Las complicaciones durante los embarazos y partos siguen siendo la principal causa de muerte de mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años", ha lamentado.
Por ello, ha defendido que si bien la cifra es un "hito numérico" es importante "centrarse en la gente" y ha recalcado que las políticas centradas en reducir la natalidad "no tendrán un gran impacto en el crecimiento poblacional a nivel mundial".
Además, ha instado a "reducir el enorme abismo entre los que tienen mucho y quienes no tienen nada" dado que "nos dirigimos a un mundo lleno de tensiones y desconfianza, de crisis y conflictos". "Los hechos hablan por sí mismos. Una serie de multimillonarios controla tanta riqueza como la mitad más pobre del mundo. El 1 por ciento más pudiente del mundo se embolsa una quinta parte de la renta mundial y los habitantes de los países más ricos tienen una esperanza de vida de hasta 30 años mayor que los pobres", ha alertado.
En este sentido, ha hecho hincapié en el hecho de que "a medida que el mundo se
ha ido enriqueciendo y ha ido prosperando durante las últimas décadas, las diferencias también han aumentado" y ha estipulado que se trata de "tendencias a largo plazo" que incluyen la "aceleración de la crisis climática y la disparidad en la recuperación frente a la pandemia".
"Mientras las emisiones y las temperaturas sigan aumentando, nos dirigimos directamente a la catástrofe climática. Las inundaciones, las tormentas y las sequías están devastando países que apenas han contribuido al calentamiento global. La guerra en Ucrania se suma a las actuales crisis, (...) que afectan en mayor medida a las economías en desarrollo", ha puntualizado.
La ONU ha advertido que el crecimiento de la población es "una causa y a la vez una consecuencia del lento progreso en materia de desarrollo" y ha señalado que se ha producido un aumento de la población de más de 65 años a pesar de que cada vez son más los países que registran un descenso de sus poblaciones.
En la actualidad, dos tercios de la población mundial vive en un país donde la tasa de natalidad es inferior a 2,1 nacimientos por mujer, una media que podría implicar un crecimiento nulo a largo plazo. Se prevé que la población de 61 países o regiones disminuya en al menos un 1 por ciento entre 2022 y 2050 debido a sus niveles bajos de natalidad y, en algunos casos, a sus altas tasas de emigración.
Más de la mitad del aumento de la población mundial previsto hasta 2050 se concentrará en ocho países: Egipto, Etiopía, India, Filipinas, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo y Tanzania. No obstante, se prevé que sean los países del África subsahariana los que contribuyan con más de la mitad del crecimiento de la población mundial previsto para 2050.
Los países con una mayor tasa de natalidad tienden a ser aquellos con menor renta per cápita, tal y como señala el documento del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (DESA), que ha incidido en que el aumento de la población se ha concentrado en los países más pobres, de los cuales la mayoría se sitúan en África subsahariana.
"A pesar de que el crecimiento poblacional magnifica el impacto medioambiental del desarrollo económico, el aumento de los ingresos per cápita es el principal impulsor de patrones de producción y consumo insostenibles", indica el texto, que apunta que son los países con mayores rentas los que emiten más gases de efecto invernadero, y no los que cuentan con mayor índice de población.
"La relación entre el crecimiento de la población y el desarrollo sostenible es compleja y multidimensional", ha sostenido Liu Zhenmin, subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU. "El rápido crecimiento de la población hace más difícil la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la desnutrición, así como la expansión de la cobertura de los sistemas de salud y educación", ha continuado.
Por otra parte, ha insistido, el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente los relacionados con la sanidad, la educación y la igualdad de género, "permitirá reducir los niveles de natalidad y revertir el crecimiento de la población mundial".
No obstante, en la mayoría de los países del África subsahariana, así como en algunas zonas de Asia, América Latina y el Caribe, la proporción de población en edad de trabajar (entre 25 y 64 años) ha aumentado debido a las recientes reducciones de la natalidad.
Esto, según el informe de la ONU, ofrece una oportunidad "para lograr un crecimiento económico per cápita acelerado", si bien los países con poblaciones que están envejeciendo deben tomar medidas para "adecuar los programas públicos al número creciente de personas mayores, incluyendo el establecimiento de sistemas universales de atención médica y de cuidado a largo plazo y mejorando la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social y pensiones".
La esperanza de vida alcanzó los 72,8 años en 2019, una mejora de casi nueve años desde 1990. Se proyecta que las reducciones futuras de la mortalidad se traducirán en una longevidad mundial promedio de alrededor de 77,2 años de media para 2050.
Sin embargo, la ONU pide no perder de vista las grandes desigualdades entre países y regiones del mundo: en 2021, la esperanza de vida de los países menos desarrollados era 7 años menor que el promedio mundial.
La pandemia de coronavirus ha afectado a estos indicadores. En 2021, la esperanza de vida mundial cayó a los 71 años de media. A su vez, la COVID-19 ha reducido la natalidad y la movilidad humana, así como la migración internacional.
Guterres, por su parte, ha instado a la comunidad internacional a "trabajar conjuntamente para lograr la igualdad y solidaridad para garantizar que el planeta suple las necesidades de las futuras generaciones" y ha pedido "proteger los Derechos Humanos y la capacidad de todos los individuos de tomar decisiones informadas sobre la decisión de tener hijos no", ha defendido.