“Estamos abiertos a una colaboración más estrecha con España”, avanzó el secretario general del Sistema de Seguridad Interna de Portugal, Mário Mendes, tras la firma del convenio en la sede del Ministerio del Interior con el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho.
Mendes reconoció que “algo cambió” en la cooperación policial hispano-lusa tras el descubrimiento de un polvorín de ETA en la localidad portuguesa de Obidos, el pasado 5 de febrero, y la detención de dos presuntos etarras en territorio luso a principios de enero.
Una idea reiterada por Antonio Camacho, quien afirmó que “a priori” no se descarta que agentes españoles puedan desplazarse a Portugal para trabajar de forma conjunta con sus colegas portugueses en la lucha antiterrorista, tal y como ya sucede con la Policía francesa.
“El escenario que se ha abierto en las últimas semanas nos ha obligado a reforzar nuestra cooperación de forma más intensa y eficaz”, reconoció Camacho, quien advirtió a los terroristas de que serán perseguidos allá donde pretendan instalarse, sea España, Francia o Portugal.
En otro orden de cosas, el Cuerpo Nacional de Policía detuvo ayer en Vizcaya a dos presuntos colaboradores de ETA, a los que relaciona con el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra (La Rioja) en 2008, informaron a Efe fuentes de la lucha antiterrorista.
Los dos detenidos son Urko Izagirre Iriarte, arrestado en Algorta (Getxo), cerca de Bilbao, y Enrique Noya Santos, en la calle Elorrieta, dentro de la capital vizcaína. Este último dirigía una empresa de montaje de txosnas –casetas para ferias–, ubicada en Abadiño (Vizcaya), en la que han trabajado varios miembros de la organización terrorista.
La Policía se incautó de un manual titulado Cloratita para la fabricación de explosivos, una bombona de cámping-gas y abundante documentación de la banda terrorista.
Además de las dos detenciones llevadas a cabo la madrugada anterior se practicaron cuatro registros, en los domicilios de los detenidos, en la empresa Jai-kit y en un cuarto inmueble de Vizcaya, en los que también se ha intervenido material informático.
El arresto de Izagirre y Noya ha sido ordenado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, en una operación contra el entramado de colaboradores de la banda terrorista en Vizcaya que todavía continúa abierta.
Los dos detenidos están acusados de haber prestado una furgoneta para la comisión del atentado contra la casa cuartel de Calahorra, ocurrido el 21 de marzo del 2008.