Vuelve el “domingo del toro”, que es como se conoce en algunas poblaciones de la provincia el Domingo de Resurrección, donde, según la tradición vigente, el pueblo celebra su particular fiesta con la suelta de varias reses bravas por las calles. En ciudades como Arcos -posiblemente, la de mayor tradición histórica-, su relevancia es tal que la procesión de Jesús Resucitado se celebra una semana más tarde para no interferir en un evento multitudinario que desde hace ya bastantes años cuenta con una creciente competencia, ya que la oferta de festejos taurinos populares se ha ampliado a Paterna, Los Barrios, Vejer y Benamahoma.
De hecho, lejos de perder popularidad, la oferta de suelta de toros por las calles va en aumento, coincidiendo con las diferentes fiestas patronales de cada municipio. Prado del Rey, por ejemplo, la ha incorporado en las fiestas del Carmen, en julio; Algar lo hará este 21 de mayo por primera vez; San José del Valle el 24 de abril; sin olvidar otros casos más recientes, como Ubrique, La Barca, Torrecera, San Isidro del Guadalete y otros que llevan algunos años más, como Benalup y San Roque.
Un incremento de festejos que tienen una explicación de lo más lógica: “Se celebran porque es garantía de éxito para quien organiza, principalmente el ayuntamiento, y además es un día de mucha afluencia a la ciudad y de mucho negocio para la gente”, como apunta Eduardo Duarte, gerente de la empresa Ruedos del Sur, la única de la provincia dedicada a la organización de este tipo de sueltas cuando no lo asumen los municipios o las peñas taurinas de los mismos, como ocurre por ejemplo en Ubrique.
Aunque el “domingo del toro” vuelve tres años después, las de este Domingo de Resurrección no serán las primeras sueltas después de la pandemia. Puerto Serrano, que tiene fijada su celebración cada 1 de enero, ya la puso en práctica para recibir a este 2022, mientras que Benaocaz, que la celebra en febrero, por San Blas, la tuvo que aplazar este año a causa de la sexta ola. Por su parte, Grazalema, que las suele organizar en el mes de julio, ha adelantado la cita en cuanto han podido a este primer trimestre del año, prueba de que, efectivamente, no solo hay ganas de “toro”, sino de reactivar la economía con convocatorias que suelen atraer a mucho público, hasta el punto de que están incrementando su oferta.
En Arcos, por ejemplo, el Toro del Aleluya ya no se limita solo al Domingo de Resurrección. A mediodía del Sábado Santo se celebra una simulación con carretones a tamaño natural, destinada al público infantil, por las calles del casco antiguo, de las que fue “expulsado” el toro hace años para preservar el patrimonio, y que ha encontrado con esta convocatoria un nuevo aliciente al que se suma esa misma tarde noche la suelta de un primer toro por el recorrido acotado -una iniciativa impulsada en 2019 de la mano de la Peña Taurina Toro del Aleluya-, con lo que la presencia de público se prolonga igualmente durante todo el día. Y todavía hay quien aún guarda fuerzas para desplazarse a Paterna, donde a la una de la madrugada se realiza la suelta de un primer toro.
También Vejer acrecienta sus atractivos este año incorporando una tercera res de la mano de la Peña Taurina Toro Embolao, mientras que en Los Barrios, al estar cerrada al público la plaza de toros, la suelta se llevará a cabo exclusivamente por un recorrido acotado en la vía pública.
Las circunstancias en que se celebran estos festejos taurinos populares sí han cambiado en el transcurso de las últimas dos décadas, sometidas a una estricta normativa que persigue la protección del toro dentro del recorrido acotado. “Son dos meses arreglando papeles. Todo está muy reglado. La Junta tiene las competencias y hay muchos requisitos”, explica Duarte, que cuenta con equipos de protección del toro en cada celebración encabezados por dos directores de lidia (toreros profesionales) que están pendientes de lo que se puede hacer o no con el toro. Además, en su caso participa un equipo de voluntarios que colaboran con el festejo para temas de logística e infraestructuras, a los que se suman los dispositivos sanitarios (hospital de campaña, cinco ambulancias, personal médico...) y de seguridad del municipio.
Pero no solo ha cambiado la normativa; también lo ha hecho la calidad de los astados que participan en la suelta. Según resalta Duarte, “ahora se echa mucho toro que iba a plaza de primera y de segunda categoría. Son toros fuertes, aparentes, que al cumplir los 6 años solo pueden utilizarse en estos festejos. Antes para las calles iba el toro defectuoso, pero ahora todo eso ha cambiado. Son ejemplares, amplios, sin defectos, toros limpios”. Y se paga por ellos un precio más que aceptable, “no con moneda corta, como se solía hacer antes”.
Su sector, como muchos otros, han sufrido excesivamente durante la pandemia. “Lo hemos pasado mal”, confiesa, “pero estamos de pie”, y ahora ha llegado el momento de celebrarlo de nuevo en las calles. Primera etapa: Domingo de Resurrección.
Cinco citas para el Domingo de Resurrección
El próximo Domingo de Resurrección habrá suelta de toros en cinco municipios de la provincia de Cádiz. La cita más relevante, por historia y tradición, es la del Toro del Aleluya de Arcos, que cuenta con una suelta previa en la tarde noche del Sábado Santo desde la edición de 2019. Pero tampoco le andan a la zaga en tradición las sueltas previstas en Paterna de Rivera, también con una previa a la una de la madrugada del sábado al domingo; Los Barrios y Vejer, bajo el formato de toro embolao; y Benamahoma, donde se realiza bajo la modalidad de toro de cuerda.
Las principales normativas que hay que cumplir en los festejos
Desde hace ya más de dos décadas, la normativa impide el sacrificio de las reses en la vía pública, con lo que cumplido el tiempo estimado deben ser devueltas al cajón y de ahí son conducidas al matadero. La otra norma primordial tiene que ver con la duración del festejo, que nunca superará las tres horas. Además, cada toro no podrá superar los 60 minutos en la calle y en el caso de las vaquillas la media hora. Por otra parte, cada suelta debe contar con dos directores de lidia -toreros profesionales- que se encargan de estar al quite para prevenir cogidas y socorrer a algún corredor imprudente. Del mismo modo también hay establecida una limitación con respecto al recorrido establecido para la suelta, que no debe superar los 1.500 metros de longitud.
Entre las protestas de los animalistas y el fervor del público
Las protestas contra los festejos taurinos populares se suceden a través de las redes sociales por parte de colectivos animalistas, pero hasta ahora no han tenido eco dentro de la celebración misma de alguno de ellos. De hecho, la afluencia de público a los mismos son única manifestación viva del apoyo a los mismos.