Entre abrazos, besos al aire y alguna que otra lágrima, 226 miembros de la Marina se despedían de sus familias hasta el mes de julio. Allí en el muelle han estado padres, esposos y esposas, hijos, hermanos… que conmovidos al decir adiós a estos marineros que ponen rumbo a una nuevo capítulo en la defensa internacional, ya están contando los días para volver a abrazarse. Para algunos la primera, otros acumulan ya algunas navegaciones a sus espaldas, pero todas se viven para los familiares como la primera. Cinco meses que se hacen eternos aunque las tecnologías alivian esa tristeza que provoca la distancia.
Los familiares, que tratan de asimilar cómo pasar estos cinco meses separados de sus seres queridos, algunos sólo piensan ya en como será la vuelta y algunos lo tienen muy claro: a algunos tripulantes de la fragata les esperan en el altar al volver.
Esta mañana, la Base Naval Hispano-Americana ha dicho adiós a la fragata Canarias que se despedía de España para embarcarse en la Operación Atalanta durante los próximos cinco meses. La Canarias, que toma el relevo de la fragata Navarra, llegará a su destino, al océano Índico, en dos semanas con una escala en Jibuti hasta llegar a aguas de Somalia donde permanecerá hasta julio. El objetivo de la fragata consiste en frenar la piratería en la zona, además de la pesca ilegal y el tráfico de drogas, armas o carbón vegetal. Junto a los 226 marineros que fletarán la Canarias, se suman también un helicóptero de la tercera escuadrilla de aeronaves y un equipo de seguridad.
