Varias asociaciones de víctimas de abusos en el seno de la Iglesia están en Roma para reclamar al Papa reformas canónicas que permitan la destitución permanente de sacerdotes pederastas y obispos encubridores cuando se cumple año de la Cumbre de Protección de Menores en la Iglesia católica, que reunió en el Vaticano a la mayoría de los episcopados del mundo.
"Lo que más echamos de menos son las reformas canónicas, indispensables para combatir el problema. Una para eliminar permanentemente a los sacerdotes que han cometido abusos y otra para despedir a los obispos o superiores que no han finiquitado a los abusadores", apunta la directora de Bishopaccountability.org, Anne Barret Doyle, una asociación de EEUU dedicada a denunciar el encubrimiento de la Iglesia católica en ese país.
Doyle también pone el acento positivo en las reformas apuntaladas por el Santo Padre este último año para combatir la pederastia en el seno de la Iglesia. En concreto, el motu proprio 'Vos estis lux mundi' (Vosotros sois la luz del mundo), que impone a los sacerdotes, religiosos y monjas la obligación de denunciar a sus superiores todos los episodios de los que tengan conocimiento y la ley que acaba con el secreto pontificio en los procesos por casos de abusos a menores, de violencia sexual o de pornografía infantil.
Sin embargo, ha subrayado que a pesar de que han sido "dos pasos importantes" habría que analizar en concreto "el impacto que han tenido". A este respecto, cree que hay una doble velocidad en la aplicación de estas reglas según los países y las iglesias locales. "En algunos países ha habido cambios y se han establecido comisiones, pero en otros parece que no", señala.
Así, manifiesta que muchas Iglesias locales han invocado "concordatos con el Vaticano como un escudo legal para bloquear el acceso a documentos o incluso testimonios de obispos".
Por su parte, Phil Saviano, cuya historia de abusos sexuales cuando era niño, destapada por el periódico 'Boston Globe' dio la vuelta al mundo con la película 'Spotlight', ha manifestado que lo que "ha cambiado ahora es el debate público".
"Se presta más atención, después de que el Papa enviara un mensaje claro a quienes cometieron y cubrieron esos abusos. La gente fue investigada por el Vaticano, pero sin especificar con qué consecuencias concretas iba a tener para quienes han sido declarados culpables", explica.
Por su parte, Matthias Katsch, víctima alemana y uno de los fundadores de la red de asociaciones ('Ending Clergy Abuse', Fin de los Abusos del Clero), señaka que la Iglesia está "a medio camino" y precisa que "es lo mejor que se puede decir después de un año". Sin embargo, critica que "se dan tres pasos adelante y dos pasos atrás", porque "ante las aperturas y los avances de la Iglesia ha habido reacciones de muchas diócesis que, en algunos países, no han abierto los archivos".
Finalmente, Katsch señala que el Papa no ha terminado de entender que el tema de los abusos eclesiales "no concierne solo a algunos sacerdotes culpables o de origen, sino que concierne a toda la Iglesia en sus estructuras y en su conjunto".