El Teatro Central acoge a partir de las 21.00 horas de este martes, como cierre del ciclo Flamenco Viene del Sur, el espectáculo Casa Ruibal, en el que interaccionan tres artistas de diferentes disciplinas: el baile flamenco, la percusión y la canción compuesta e interpretada a la guitarra. Lucía y Javi entrelazan sus maneras creativas con las de su padre, Javier Ruibal, para rememorar ese tiempo en que al abrigo de su música los hijos fueron creciendo como artistas, buscando sus propios caminos expresivos, siendo hoy una realidad llena de luz, verdad y proyección en el futuro.
El programa para esta edición, que estará en Sevilla, Granada y Málaga, concretamente en los teatros Central, Alhambra y Cánovas, se ha seleccionado mediante una convocatoria pública del Instituto Andaluz del Flamenco en la que se recepcionaron 204 propuestas.
Treinta años de oficio avalan a Javier Ruibal, este músico creativo y diferente a todos los de su cultura y generación. Compositor, arreglista, guitarrista y cantante. Autodidacta y heterodoxo. Músico de frontera. Ejerce como profesional desde 1978 dando numerosos conciertos tanto en España como en otros países. Por la particularidad de su creación y sus formas plurales, es invitado a dar conciertos de diferente orientación en festivales de jazz, World music… Fronterizo con el flamenco, siempre se dejó envolver y fascinar por él pero tomando la precaución de no hacerse pasar por lo que siempre quiso dejar claro que no era: un flamenco, no por falta de afición sino por absoluto respeto al mismo.
Sus trabajos están llenos de música y textos cuidados con la rigurosidad y esmero que le caracterizan. Buena factura en sus arreglos y una ejecución con la guitarra con mucha personalidad y fuerza. No sólo se expresa bien en solitario sino que se rodea de los músicos más creativos. Ha compuesto para otros artistas como Martirio, Ana Belén, Pasión Vega, Javier Krahe, Mónica Molina y ha participado en diversas grabaciones de Pablo Milanés, Joaquín Sabina, Celtas Cortos, Martirio o Carmen París, entre otros.
Las cualidades de su voz le permiten transitar con libertad y desahogo por las sonoridades del flamenco, la música del Magreb, de India y del Caribe en un ir y venir constante que invita a creer con firmeza en que la fusión de las músicas y las sangres traerá un nuevo lugar de encuentro, un nuevo planeta que está aún en formación.