Los trabajadores de las cafeterías del aeropuerto de San Pablo de Sevilla, en huelga desde hace 53 días y encerrados en la Catedral desde el pasado jueves para pedir la readmisión de un compañero despedido por la empresa Grupo Abades en el marco de la negociación de un nuevo acuerdo económico, han recibido este lunes la visita de representantes del Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía en materia de turismo.
Por parte del Consistorio hispalense han acudido este lunes el concejal de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo, Gregorio Serrano, junto al director gerente del Consorcio de Turismo, Antonio Castaño; mientras que por parte del Gobierno andaluz han acudido el viceconsejero andaluz de Turismo y Comercio, Antonio Jesús Roldán y la delegada provincial de Fomento, Vivienda, Turismo y Comercio de la Junta en Sevilla, Granada Santos, según han explicado a Europa Press fuentes sindicales.
Los distintos representantes de ambas administraciones han coincidido en mostrar su "apoyo" a los trabajadores y ofrecerse como "mediadores" en un conflicto que ven con preocupación, según han indicado desde el comité de empresa; toda vez que las repercusiones en el turismo de la ciudad y la comunidad "ya se están notando" y las hojas de reclamaciones se van acumulando.
"En el aeropuerto no se sirve actualmente ni un café", han aseverado las fuentes, que señalan que las siete cafeterías que están en San Pablo, todas explotadas por el Grupo Abades, se mantienen cerradas en señal de protesta.
Por su parte, el trabajador despedido en el mes de febrero cumple este lunes cinco días en huelga de hambre. Este mismo día ha recibido la visita de un médico, que le ha recomendado que "no realice muchos esfuerzos" y se mueva "lo justo", puesto que ya se empieza a notar el desgaste, apuntan las mismas fuentes.
"EL ÚLTIMO ESCOLLO" DE UNA HUELGA DE 50 DÍAS
La readmisión de este empleado es "el último escollo" que mantiene estancado un conflicto que se inició con la negociación de un nuevo acuerdo económico con los 74 empleados de las cafeterías del aeropuerto.
Según explican los trabajadores, el Grupo Abades planteaba eliminar tres pluses en concepto de transporte, "ayuda a la cultura" y "complemento personal"; que "las sucesivas empresas que han estado previamente han respetado". Así, indican que durante el "tira y afloja" entre comité y dirección de la empresa, se efectuó el despido de este empleado, un acto que la plantilla interpreta como una medida de presión en la negociación.
De este modo, indican que finalmente los empleados "cedieron" llegando a un acuerdo con la empresa para mantener parte de los mencionados pluses --unos 105 euros al mes frente a los 240 de antes--, incluyendo modificaciones en los turnos y vacaciones.
Los empleados aseguran que, a cambio, la empresa "prometió" que readmitiría al compañero despedido, pero no ha sido así, motivo por el que se decidió continuar no sólo con la huelga en el servicio, sino iniciar un encierro indefinido en la Catedral de Sevilla y, en el caso del trabajador despedido, comenzar una huelga de hambre.
EL GRUPO ABADES AFIRMA QUE EL PUESTO SE HA EXTERNALIZADO
Desde el Grupo Abades, la responsable de Recursos Humanos, Ángeles Martín, asegura que en su momento se ofreció un puesto de trabajo en una empresa externa al trabajador despedido pero que éste "no lo quiso". "Ahora quieren retomar la propuesta, pero ésta ya se cerró", apuntaba.
Además, destaca que el desgaste de los casi dos meses de huelga es "muy importante" e indican que las cafeterías del aeropuerto de San Pablo han dejado de vender por valor de 800.000 euros. Asimismo, asegura que los trabajadores ya han perdido durante este periodo de huelga "más dinero que la reducción que la empresa proponía al principio del conflicto, un diez por ciento de la masa salarial".
"Los empleados supeditan la solución a la readmisión del trabajador, cuando ésta no es la razón en sí de la huelga y este puesto se ha externalizado", ha subrayado Martín.