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Martes 16/04/2024  

El jardín de Bomarzo

Estaciones de paso

Hay meses como este de abril recién inaugurado cuyos aires traen partículas que al olfato le anuncian cambios

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  • El jardín de Bomarzo.

Hay meses como este de abril recién inaugurado cuyos aires traen partículas que al olfato le anuncian cambios, es la mezcla de lluvias y aires difíciles con ratos de sol ardoroso típico del inicio de una primavera largamente esperada donde se recuperarán tradiciones perdidas. Cuando los desastres se acumulan como de unos años a esta parte en este ciclo negativo tomamos conciencia de lo importante que es vivir el momento, del presente ante un futuro incierto, de no dejar para mañana el disfrute, por muy pequeño que sea, de vivir. Al hombre del traje gris le robaron este mes cuando por la calle la vida pasaba como un huracán, tal cual arrasa ahora con tanto conflicto y sus derivadas. Un huracán que lo va engullendo todo y nos ha acostumbrado al desastre, de hecho ninguno nos parece lo suficientemente grande como para ser el definitivo. Abril es, pese a todo, un mes hermoso, con sus turbulencias climáticas, su aroma a azahar retornado, a incienso que preludia una Semana Santa cuyas sombras al paso se asoman por los rincones de las calles andaluzas, es como una estación de paso obligada hacia otro destino; la luz recupera horas perdidas y nos regala tardes largas, las flores en los jardines se abren tras meses de oscuridad invernal y frío.

Preparados. El 20 congreso nacional del PP que se celebra desde este viernes en Sevilla y que proclamará el domingo a Feijóo como nuevo líder único del PP viene a representar el toque de corneta hacia no solo una nueva etapa dentro de la formación popular sino, sobre todo, el inicio de la cuenta atrás en este reloj de arena al que se ha volteado y al que solo resta calcular si el último grano caerá para junio, puede ser domingo 19, o si siguiendo el discurso oficial que se repite por San Telmo y aledaños se esperará a agotar legislatura para, más o menos, octubre. De ser para junio el adelanto electoral debería disolver y convocar justo tras Semana Santa, se requieren 54 días previos, ante lo cual la decisión, que es solo del presidente, la debe tomar en estos días coincidiendo con un congreso nacional en Sevilla del que saldrá sonora y públicamente reforzado, de hecho aspira casi a compartir liderazgo con el gallego. Por eso, subirse a la ola electoral en Andalucía aprovechando el viento de cola que le genera Feijóo y el dubitativo momento electoral de su principal adversario, tanto a nivel autonómico como federal, para trasladar a la opinión pública un cambio de ciclo parece, electoralmente, lo más razonable, para lo cual solo deberá superar ese miedo escénico que Moreno Bonilla le tiene a la urna porque sabe que a ésta la carga el diablo y que al igual que a él una carambola inesperada y de última hora le dio la presidencia, otra imprevista se la podría quitar. Sin perder de vista a Vox, quizás ahora su principal temor, sobre todo y también por las secuelas que puede dejar el pacto en Castilla y que aquí, pasados unos meses, le podría pasar factura.

Uno de los momentos culminantes de este congreso, presidido por Teófila Martínez y al que acudirán 3.109 compromisarios y más de 700 invitados del partido, es la intervención del presidente de la Junta en la mesa inicial bajo el epígrafe Preparados y que será moderada por Feijóo y donde participarán, además, los presidentes de Ceuta, Juan Vivas, Murcia, López Miras, Castilla y León, Alfonso Mañueco, y Madrid, Isabel Ayuso, tras lo cual disertarán Aznar, Rajoy y, al final, se producirá la despedida de un Pablo Casado que es otro ejemplo de cómo en política ser pasa del cielo al subterráneo en medio minuto.

Aunque Moreno Bonilla negocia la cuota andaluza en la nueva ejecutiva, Elías Bendodo no ocupará un puesto relevante a nivel federal porque le quiere centrado en el futuro inmediato de Andalucía y la renovación de un gobierno que se da por hecho y que la urna dirimirá si es posible en solitario a través de una mayoría suficiente, porque para la absoluta resta un tramo que parece insalvable, o si, como aspira Vox, será necesaria la participación activa de la formación de Abascal con una Macarena Olona que tiene preparada una bonita colección de trajes de flamenca para pasearse por la feria de Sevilla.

Para Juan Espadas, lejos del foco de una Sevilla que lucirá esplendorosa este abril con sus fiestas grandes, el reto será mejorar el resultado que cosechara su antecesora Susana Díaz y ganar de este modo tiempo y espacio para afrontar las elecciones de dentro de cuatro años, que a priori sería la fecha más factible para que su partido tuviera opciones reales de recuperar el gobierno de la Junta. Del resultado dependerá su solvencia interna y no hay que esconder que, agazapados, siempre están quienes aguardan ocasión para del posible batacazo hacer fortuna.

Es notorio, por otro lado, el auge visual que en los últimos tiempos ha tomado la figura de Felipe Sicilia, portavoz de la ejecutiva federal del PSOE tras el congreso del año pasado y que pese a las diferencias que mantiene con algunos secretarios generales, como Paco Reyes en Jaén, y de no pertenecer a la ejecutiva regional de Espadas logra una visualización en Andalucía óptima, de hecho en alguna provincia como Cádiz mantiene un perfil alto. Su nombre fue el primero que salió a la luz pública como posible relevo de Díaz hasta que Ferraz le invitó a desistir.

En Cádiz el PSOE mantiene ese estado de tensión hasta ahora controlada en la que el conflicto se masca, una muestra es lo sucedido por la división de opinión, criterio y voto en el consejo de la CAZG y hay voces como la del alcalde de Rota, Javier Ruiz Arana y que ostenta cargo de vicepresidente de la Confederación, que afirman no volver a pisar aquello y de hecho en la ejecutiva provincial del lunes se palpó la tensión. Ruiz Boix digiere mal la crítica y entre sus muchas habilidades, que sin duda las tiene para haber logrado ser secretario general, no está la conciliación y de hecho acaba de inaugurar el cargo y tiene a más de medio partido enfrente, incluso San Fernando -Cavada y López Gil- hablan abiertamente de desengaño y decepción ante el incumplimiento de los acuerdos. Y ya se verá cómo arrecia en el caso de que haya adelanto electoral para junio e Irene García decida ir en las listas al parlamento y deba dejar la Diputación. O decida quedarse.

Abril es caprichoso, trae días diferentes unos de otros, es loco como una letra de Sabina, amargo como La lluvia fina de Landero, luminoso como el traslúcido del dorado al sol de un fino de Jerez y mezcla en su coctelera lo recién humedecido por la lluvia con el vapor al evaporarse ésta y, en medio, azahar en flor de naranjos. Que nadie nos robe abril.

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