El Gobierno habló de una “declaración de intenciones” las declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, sobre la venta de las bombas guiadas a Arabia Saudí.
Y luego dijo que esa “declaración de intenciones” tiene que pasar por una comisión interministerial que debe emitir un dictamen y luego decidir el Consejo de Ministros, que apurando todos los plazos, o se convoca un Consejo urgente o hay que esperar al viernes.
Pero el problema es que por ahora sólo había hablado el Gobierno de España a través de cargos intermedios y la ministra hablará este lunes sobre el tema.
Ayer se supo, según publicó El País, que España y Arabia Saudí habían llegado a un acuerdo diplomático para salvar el contrato de las corbetas y conjurar el peligro que se cernía sobre la Bahía de Cádiz. Eso no quita que el agraviado se mantenga alerta e incluso que la situación generada por las declaraciones de la ministra de Defensa tenga consecuencias futuras.
Por lo pronto, se ha quebrado la confianza en las relaciones comerciales entre los dos países y el Gobierno de España, en el interior, se ha encontrado con la oposición de todos a su política de ocurrencias cuando está en juego el porvenir de miles de familias gaditanas.
Esas cosas las tienen muy claras los trabajadores de la factoría de Navantia en San Fernando, que ayer anunciaban que tenían previsto estudiar a partir de hoy un calendario de nuevas movilizaciones para desarrollar esta próxima semana ante la posible pérdida del contrato con Arabia Saudí para la construcción de cinco corbetas.
Si se confirma la información de El País habrá que ver la decisión que adoptan los trabajadores, pero está claro que algo se ha roto en ese idilio entre los árabes y la comarca más beneficiada por el contrato precisamente por las consecuencias futuras de la afrenta.
Paralelamente, la ministra de Defensa, Margarita Robles, dijo ayer que “las cosas se han salido un poco de quicio” e insistió en pedir “tranquilidad” ante la situación.