Nazaret Luna Hernández subió con decisión al escenario para hacer lo propio que se le encomienda a una exaltadora de las Fiestas Patronales: ilustrar con palabras y emoción en un espacio de tiempo el sentir del pueblo de Rota cuando el otoño va asumiendo protagonismo en la villa dejando atrás el verano para dedicarse a sí misma en todos los sentidos, también en lo festivo celebrando sus Fiestas a la Patrona, la Virgen del Rosario.
La exaltación de las Fiestas Patronales a cargo de su exaltadora, la segunda mitad del acto que supone el inicio de estas fiestas, fue precedida por la presentación de la delegada municipal de Fiestas, Esther García. En este último mes, le será difícil enumerar las ocasiones en las que ha expresado su inquietud por asumir la dirección de la celebración de las fiestas populares del municipio, algo desconocido y nuevo para ella, aunque en la novedoso de la ecuación, va infundado un respeto y responsabilidad más que evidente.
García sobre el escenario y ante la plaza Bartolomé Pérez repleta de público, ha vuelto a recordar que, tanto para ella como para el resto de Damas, todas eran aprendices, aunque no por ello sin la firme convicción de atajar cambios. Por ejemplo, subrayó que la intención desde el principio fue contar con una mujer como exaltadora. Y así fue. Nazaret Luna supone para la historia de las Fiestas Patronales, la cuarta mujer exaltadora de 34 ediciones con esta figura incorporada diferenciándola así de la función del pregonero del Rosario.
La delegada no quiso dejar ni un cabo suelto en este arranque de las fiestas. Además de dar las gracias a las Damas, por acoger de buen recibo las novedades que esta edición asume, así como al alcalde y a la delegación de fiestas, también dio las gracias a la Banda Municipal Maestro Enrique Galán por interpretar el pasodoble “El tambor de granaderos” de Ruperto Chapí, coincidiendo con la misma pieza que sonó en el acto de Coronación en el que la exaltadora lo vivió como paje en 1989. La figura de la mujer atraviesa todas las etapas de las Fiestas Patronales, o más bien, las Fiestas Patronales atraviesan a la mujer en todas sus etapas. Las Fiestas viajan en cada generación de mujeres, trascendiendo en cada etapa de la vida de la mujer roteña. Nazaret Luna fue paje, dama y hoy exaltadora.
La delegada le ofreció la posibilidad, y Luna la asumió sin pensarlo. Una mujer que ha vivido las Fiestas en tres etapas de su vida y un ejemplo de mujer roteña por la cual la delegada dijo “sentirse orgullosa de tener en nuestra tierra mujeres como tú”.
En los pajes y en las damas, Nazaret se vio reflejada en cada etapa que vivió en su niñez como paje, su juventud como dama y en su madurez como exaltadora y en cada una de ellas empezando una etapa que confluye en las Fiestas Patronales. Unas Fiestas donde se reconcilia con la vida volviendo a su Rota, ese lugar “seguro” al que siempre volvió y en el que hoy tiene el privilegio de vivir.
Y es que las Fiestas tienen una magia, dijo, que ella lleva sintiendo desde el momento en el en su niñez nació su deseo de participar como paje y dama en las Fiestas Patronales. Deseo que ha comenzado la exaltadora descubriendo al auditorio presumiendo de un ADN roteño con su mano en el corazón recordando a los culpables de su herencia roteña, su Juan Luna, “el Visteaduanas”, su padre pastelero y su madre bibliotecaria o su abuelo poeta, Antonio Fuentes “El Malaguita”, poeta mayeto de quien recitó unos versos dedicados a Nuestra Señora del Rosario.
Una magia que no es otra que “celebrar la vida y la suerte de vivirla en esta tierra” en tres etapas de la vida diferentes donde en todas sus fases son “mujeres mayetas roteñas por excelencia” quienes tienen la oportunidad de ser Dama del Rosario y también aquellas cuyo sueño quedó frustrado a lo largo de las 51 años de ediciones. A todas ellas tuvo Nazaret Luna en el recuerdo para dar comienzo a unas Fiestas Patronales donde el papel de la mujer en las Fiestas y en la sociedad en general fue clave de una exaltación que ha abordado temas a los que jamás se había acercado la cadena de exaltaciones anteriores: el feminismo, empoderamiento femenino y la reivindicación de la diversidad corporal contra los estereotipos de belleza socialmente instaurados: “Que vuestros sueños lideren ejércitos del tiempo. No te definas solo por una arista de tus curvas. Eres mucho más. Eres mil cara más una. Una dama no se mide por una talla. Una dama es esencia roteña. Donde el don y la elegancia se encuentran. Son puro nacimiento de idea”.
Una oda a la mujer roteña que sin dejar de perder su sangre mayeta, es diversa, “empresarias, periodistas, libreras, artistas…” con sueños a cumplir. La herencia que debe inspirar en la independencia y en la igualdad, a otras generaciones de damas. En su exaltación se respiró ese aire de cambio sobre el cual había generado tal expectación en sus días previos. Luna cumplió su palabra en una entrevista en 7TV Rota donde resumía en pocas palabras el sentir de su exaltación: “Responsabilidad tanto por la herencia como por la necesidad de cambio”.
“Responsables del mundo que dejamos. Para que vosotras vengáis a labrar como machetas enriqueciendo con nuestras cenizas la futura cosecha de damas. Musas de las que broten paje con que las alces hacia cielos sin cristal”, apostilló. Exaltación que ha marcado un punto de inflexión en la deriva de las exaltaciones de las Fiestas Patronales y a causa de la cual, se hace ya irremediablemente difícil volver atrás.
La plaza Bartolomé Pérez en la bancada de sillas y en las zonas aledañas mantuvo una numerosa afluencia de público, entre el que se encontraba el alcalde de Rota, Javier Ruiz, autoridades militares, miembros del equipo de Gobierno y parte de la Corporación Municipal, así como familiares y amigos de la Dama Mayor, las Damas, los Pajes y la exaltadora.