En un vídeo de apenas ocho minutos y medio colgado a última hora este jueves en sus perfiles de Facebook e Instagram,
Macarena Gómez, propietaria de la coqueta juguetería
Ya voy mamá, en la plaza del Progreso, en Jerez, recomienda a sus clientes adelantar las compras previstas para Navidad y explica, sin alarmismo, el más que previsible
desabastecimiento al que se enfrenta el sector, tal y como apuntaba esta semana Rocío Alfaro en las páginas de VIVA.
“No estamos en una situación apocalíptica”, subraya, pero vaticina que es muy probable que no podamos adquirir lo que teníamos previsto. “Ya
tengo referencias agotadas”, advierte, algo que sucede con frecuencia en casi todas las campañas de final de año, pero con la particularidad de que “ya sé que
no podré reponerlas antes de diciembre”.
“Estamos ante la
tormenta perfecta”, lamenta, por su parte, Manuel Queiruga,
presidente de Cádiz Centro Comercial. “La pandemia paralizó fábricas, la reactivación de la actividad, tras el colapso mundial,
ha hecho coincidir pedidos a la vez y
se han disparados los costes de producción y transporte por el encarecimiento de los combustibles y la electricidad”, señala como algunas de las causas de un fenómeno que ya se dejó sentir este verano.
Queiruga, que se dedica empresarialmente a la telefonía móvil, sufrió escasez de terminales de Samsung hace unos meses. Porque esta delicada situación
no solo afecta a la juguetería. Los contenedores que transportan productos para ópticas desde Asia han multiplicado su precio por seis, la falta de componentes retrasa la entrega de coches hasta un año y el textil encuentra problemas para rellenar los almacenes, por apuntar únicamente tres ejemplos.
La incertidumbre juega también a la contra. El equilibrio es complicado. Los comerciantes, reconoce Queiruga, temen que un
nuevo repunte de coronavirus obligue a endurecer, otra vez, las medidas de precaución y prevención, con todo el perjucio sufrido durante año y medio por el confinamiento duro, primero, y las restricciones horarias y de aforo, hasta hace bien poco. De manera que
son prudentes en sus pedidos, estos se agotan pronto y luego tardan en volver a llegar nuevas remesas.
En cualquier caso, se muestra
esperanzado en que la campaña navideña funcione “mejor que la del año pasado”. A mediados de noviembre, con los primeros descuentos del Black Friday deberían animarse las compras, prevé. “Ha habido un
boom de consumo desde que volvimos a la normalidad, especialmente
en el sector del ocio, la hostelería y la restauración, el sector holetero y el ocio nocturno”, explica, con la confianza de que ya sea el momento de que el comercio se beneficie del incremento del gasto.
“Comprar en un comercio pequeño nos hace grandes”, recuerda Paca Ríos, empresaria algecireña que preside la Asociación de la Pequeña y la Mediana Empresa de Algeciras (Apymeal), al tiempo que indica que
el gremio no ha contado con el respaldo debido de las administraciones públicas.
“No hemos tenido ayudas específicas y
no ha resultado fácil acceder a las que podíamos acogernos”, denuncia. Sin embargo, subraya que “hemos tenido que afrontar pagos a proveedores y tasas e impuestos sin contar con bonificaciones ni exenciones”. Ahora, también se ven obligados a asumir el encarecimiento del recibo de la luz o la subida de precios de los productos sin poderlos repercutir en el cliente.