Según los medios locales, por el momento hay más de 80 edificios en toda la zona que se han derrumbado o han sufrido serios daños
Miles de vecinos de los municipios cercanos a la ciudad de Lárisa tuvieron que pasar la noche en carpas, automóviles u hoteles tras el terremoto de magnitud 6,3 en la escala de Richter que sacudió el miércoles toda Grecia central y milagrosamente no ha dejado víctimas mortales.
El Instituto Geodésico de Atenas, que corrigió al alza la magnitud, señaló que hasta el momento se han producido más de un centenar de réplicas, algunas con potencias superiores a 5.
En los municipios más afectados por el terremoto comenzaron esta mañana las inspecciones de los edificios para determinar si hay daños en las estructuras.
Según los medios locales, por el momento hay más de 80 edificios en toda la zona que se han derrumbado o han sufrido serios daños y se han vuelto inhabitables.
El Ejército y Protección Civil instalaron más de un centenar de carpas y distribuyeron camastros, mantas y generadores eléctricos para que las familias que no podían volver a sus casas pudieran pasar la noche protegidas del frío.
Las autoridades regionales reservaron además tres hoteles en la ciudad de Tríkala y dos en Lárisa para acoger a residentes de las poblaciones mas cercanas al epicentro.
A pesar de que hubo una serie de derrumbes, el terremoto ha dejado solo tres personas heridas debido a la caída de ladrillos y otros escombros de edificios.
Según el instituto geodésico de Atenas, el epicentro del terremoto ocurrido a las 12.16 hora local (10.16 GMT) se situó 16 kilómetros al sur de la localidad de Elasona, en el distrito de Lárisa, y a una profundidad focal de 8,5 kilómetros. El temblor duró alrededor de 15 segundos.
El sismo llegó a sentirse con fuerza en Atenas, la capital del país, situada casi 400 kilómetros al sur del epicentro, además de en países vecinos como Macedonia del Norte, Kosovo y Montenegro, a varios cientos de kilómetros al norte del suceso.