El Gobierno mexicano cedió a la presión y accedió a entablar un diálogo de alto nivel con los maestros que rechazan la reforma tras la violencia del fin de semana en el sureño estado de Oaxaca, que causó entre ocho y diez muertos según las fuentes, además de dolor e indignación.
La Secretaría de Gobernación anunció hoy que este miércoles habrá una reunión con los maestros para buscar "soluciones que permitan el regreso de la tranquilidad a las regiones del país" afectadas por las manifestaciones contra la reforma educativa de 2013.
El encuentro será encabezado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, y tendrá lugar en las instalaciones de esa institución.
El Gobierno expresó en un comunicado su disposición a dialogar con integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para "escuchar los planteamientos y razonamientos de dicha organización".
El secretario de Educación, Aurelio Nuño, explicó en una rueda de prensa que el diálogo será únicamente "en materia política" y que no se abordarán temas relacionados con la educación.
Será un "primer acercamiento" para "generar condiciones de paz y tranquilidad en Oaxaca", señaló Nuño, y afirmó que pese a los hechos violentos del fin de semana "la reforma educativa es un proceso que continúa y no se va a detener".
La CNTE lleva semanas pidiendo la apertura de un diálogo con el Gobierno, que había dicho que sólo lo haría cuando la agrupación gremial aceptara la reforma y siempre que el objetivo fuera "explorar mecanismos para acelerar" su aplicación.
Sin embargo, los últimos días las protestas se intensificaron a raíz de la detención de dos de los principales líderes de la CNTE en Oaxaca, y el pasado fin de semana un enfrentamiento entre policías y maestros dejó ocho muertos en el municipio de Asunción Nochixtlán, según las autoridades aunque los manifestantes elevan a diez esa cifra.
El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, atribuyó la violencia a grupos infiltrados afines al magisterio, mientras los maestros aseguran que esos grupos, que saquean locales comerciales y cometen actos de vandalismo, son infiltrados del Gobierno para cargarles las culpas.
La CNTE rechaza la reforma educativa que estableció la evaluación obligatoria a los docentes y puso fin a una serie de privilegios sindicales, entre ellos la colocación de personal con base en lealtades políticas.
Este martes se llevaron a cabo los funerales de Jesús Cadena, de 19 años, víctima del enfrentamiento del 19 de junio entre los maestros y sus simpatizantes, por un lado, y fuerzas federales y estatales, por el otro.
La misa se ofició en la iglesia La Asunción de María, en Nochixtlán. Un joven de nombre Juan que asistió a la misa desde el exterior, pues el templo estaba lleno, dijo a Efe que él estuvo en el enfrentamiento, y no quiso dar su nombre completo por temor, como muchos de los habitantes de la zona.
"Cuando llegué ya estaba el combate, se pidió refuerzo y tuvimos que ir. Peleamos a mano limpia, nunca llevamos armas como ellos (los policías). Llegué antes de la 'balacera (tiroteo)", declaró a Efe.
Refirió que hubo un momento que pensó que los policías se estaban replegando, pero en realidad habían llegado más camionetas con policías federales, y que fue entonces cuando comenzaron los disparos.
Por su parte, Luz Irene del Carmen Montes, alcaldesa de Yahuintlán, uno de los 32 municipios que conforman el distrito de Nochixtlán, declaró que 18 presidentes municipales se han sumado para exigir el cese de la represión en Oaxaca.
"Queremos el camino de la concordia y la conciliación para construir una educación que permita la superación de los pueblos, que fomente la paz y el diálogo para dirimir diferencias. Si la reforma educativa es represión, no la queremos, si es sometimiento, no la queremos, si es incapaz de dar a los profesores oaxaqueños razones para crecer, no sirve", manifestó.
Sin embargo, también pidió a los maestros cambiar sus métodos de lucha al advertir de que "ponen en riesgo la vida de miles de ciudadanos".
Después de la ceremonia una procesión partió del templo con un ataúd blanco con el cuerpo de Jesús y sobre el cual había una bandera mexicana. La marcha llegó hasta el panteón, ubicado a escasos 20 metros de donde ocurrió el enfrentamiento.
Mientras, en el también sureño estado de Guerrero, unos 500 maestros marcharon y algunos intentaron ocupar centros comerciales de la capital, Chilpancingo, pero finalmente no lo hicieron por la presencia policial.