Los equipos de emergencia de Australia batallan hoy contra las llamas en el sur del país ante uno de los peores incendios de los últimos años que amenaza con reavivarse debido a las altas temperaturas y el viento.
Desde el viernes, el fuego ha dejado a 134 personas heridas, una de ellas de gravedad, y calcinado o dañado severamente 38 viviendas y más de 12.500 hectáreas de terreno en Australia del Sur, según el canal de televisión ABC.
Con miles de evacuados, cientos de bomberos, apoyados por vehículos y avionetas, luchan contra reloj contra el fuego para salvar el mayor número de viviendas, muchas veces in extremis.
"Lloré, pensé que iba a morir. Era aterrador", indicó al portal de 9News Peter Attenborough, un vecino de la localidad de Kersbrook.
Tras no encontrar las llaves de su coche, Attenborough afirmó que ya estaba rezando ante una muerte inminente cuando una avioneta de los bomberos lanzó el agua que apagó el incendio que empezaba a envolver su vivienda.
El presidente del estado de Australia del Sur, Jay Weatherill, explicó a los periodistas que los heridos han sido tratados de diversas heridas, desde irritaciones de ojos a lesiones serias y que el caso de mayor preocupación es el de un hombre al que le cayó un árbol encima mientras reparaban una verja en su propiedad.
Del total de los heridos, 23 de ellos fueron hospitalizados, aunque la mayoría ya han sido dados de alta.
Weatherill también informó de que al menos 38 viviendas, 4 locales comerciales y 125 construcciones agrícolas o cobertizos fueron destruidos o dañados fuertemente por el fuego, en unos siniestros considerados de los peores en más de una década en el estado.
La localidad de Kersbrook, a 35 kilómetros al noreste de la ciudad de Adelaida, fue la más afectada, ya que al menos 12 viviendas han quedado calcinadas.
Hasta la fecha, 40 ovejas y 14 vacas perecieron entre las llamas, mientras otras 51 ovinos y 7 vacunos fueron sacrificados y se desconoce cuántos animales salvajes han muerto a consecuencia de estos incendios forestales.
Los bomberos tratan de contener las llamas que arden en un perímetro de 200 kilómetros ante las previsiones de temperaturas de 38 grados para el miércoles, además de vientos erráticos y tormentas.
El jefe de los bomberos rurales de Australia del Sur, Greg Nettleton, dijo en la rueda de prensa que sus equipos han realizado "avances significativos" en la contención de los incendios y expresó su confianza en que podrán afrontar las condiciones de mañana.
Las altas temperaturas durante el verano austral han contribuido en los últimos años a un aumento de los incendios en Australia, un situación que los científicos vinculan en parte al calentamiento global causado por el cambio climático.
El 2014 fue el tercer año más caluroso en Australia, después del 2013 y 2005, desde que comenzaron a registrarse las temperaturas en 1910, según un informe de la Oficina de Meteorología.
"La mayor parte de Australia experimentó temperaturas por encima de la media en 2014, lo que supone 0,91 grados centígrados más que la medida a largo plazo", dijo el asistente de la dirección de Servicios de Información Climatológica, Neil Plummer, en un comunicado del organismo oficial.
El pasado 23 de diciembre, un tribunal de Australia aprobó el pago de una indemnización de más de 400 millones de dólares para los damnificados de los incendios de 2009 en el estado de Victoria, en los que murieron 173 personas.
El fuego en el llamado "sábado negro" también calcinó 2.029 casas y más de 450.000 hectáreas en Victoria, en el sureste de Australia.
Otras 34 viviendas y 350.000 hectáreas fueron arrasadas en el fuego que afectó a este mismo estado en febrero de 2014 y que casi llegó a la periferia de la ciudad de Melburne.
En octubre de 2013, los incendios también destruyeron 212 viviendas y más de 60.000 hectáreas en la cordillera de las Montañas Azules, en el estado de Nueva Gales del Sur, en el sureste del país.