El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, ha prestado juramento este lunes de un segundo mandato de siete años y lo ha hecho con un duro discurso en el que ha criticado a los principales partidos por no haber acometido reformas esenciales como la electoral y les ha acusado de "sordera", al tiempo de que ha advertido de que si mantienen su postura no dudará en dimitir.
El jefe de Estado ha dejado claro que asume su nuevo mandato porque Italia debe dar muestras de "cohesión" ante el mundo y por tanto no podía negarse y ha reprochado a los parlamentarios sus aplausos "autoindulgentes".