El mago

Publicado: 24/04/2016
Jorge Blass es un entusiasta del ilusionismo desde los once años, cuando quedó fascinado al ver los trucos de Juan Tamariz por la televisión
Jorge Blass, el mago español más destacado de los últimos años, hace en estos días en un teatro de Madrid un espectáculo envolvente, sorprendente, muy teatral: Una función llena de magia. De magia, naturalmente, que es de lo que se trata. Pero también de poesía. El norteamericano David Coperfield, el mejor mago del mundo, considera a Jorge Blass un genio. De hecho le ha comprado uno de sus trucos.
Jorge Blass es un entusiasta del ilusionismo desde los once años, cuando quedó fascinado al ver los trucos de Juan Tamariz por la televisión. Desde entonces ha estado vinculado al ilusionismo. Es un mago y un estudioso de la magia. Se trata de un clásico moderno. En su repertorio hay trucos con ipad, Faceboock, o impresoras en 3-D. Pero todo está conectado con la tradición. 'Palabra de mago', su espectáculo, tiene mucho de teatro, decíamos, pero hay veces en las que el espectador puede tener la sensación de que lo que está viendo es cine: Al ilusionista. Por la dificultad de saltar hacia lo imposible, a lo irreal, a lo que surge desde lo inexplicable pero no desde un truco.
Durante el espectáculo parece que no hay trucos, sino simplemente que lo real se ha convertido en irreal, que caminamos plácidamente sobre las aguas de un río siguiendo a Jorge Blass que hace malabares con una baraja de cartas.
     “Palabra de mago” está, pues, lleno de poesía. Esa envoltura poética termina por ganar al espectador, que cree que todo es verdad, como cree que es verdad lo que pasa sobre el escenario en una buena función de teatro. Jorge Blass parte a una mujer en dos mitades en el interior de una caja transparente por primera vez en la historia de la magia.
Y al final, mientras todos saludan desde el escenario entre los aplausos del público en lo que parece la despedida definitiva del show, de repente Jorge Blass lanza al aire unos pétalos rojos y entonces el vestido blanco de las tres bailarinas se convierte en rojo en décimas de segundo.
     Jorge Blass ha sorprendido a David Coperfield, pero a Charles Dickens también le hubiera gustado ver su espectáculo, conocerlo. Casi al final del show, el mago advierte a los espectadores: “Ahí fuera os espera ya el mundo real”.
     Una verdadera lástima.

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