La plantilla de la fábrica de cemento de Holcim en Jerez encara la recta final de la negociación del ERE (Expediente de Regulación de Empleo) planteado por la empresa alegando razones de producción. El plazo para llegar a un acuerdo expira el próximo 5 de marzo y, de momento, la compañía “sigue en sus trece” y no ofrece alternativas a ni ve “otra solución” que no sea el ERE, mientras que el comité de empresa mantiene su intención de “echar el ERE para atrás”.
De lo contrario, esto significará dejar morir a la fábrica, a la que la empresa pretende limitar a labores de molienda. Para alertar de la desaparición de la planta si no se alcanza un acuerdo, los trabajadores han recreado un cementerio lleno de cruces en uno de los jardines de las instalaciones.
Conscientes de que el tiempo juega en su contra, y que la sombra del despido colectivo para 59 de los 83 trabajadores de la plantilla de la cementera pesa cada vez más, en la asamblea extraordinaria del pasado sábado a la, que además de más de un centenar de empleados, tanto de la fábrica como de las empresas auxiliares, acudieron responsables de la Federación de Comercio y Servicios de CCOO, se puso sobre la mesa el proceso legal al que podrían acogerse en caso de que no lleguen a ningún acuerdo. Si se diera este extremo “y no nos quedara otra”, el comité de empresa planteó la opción de “pasar a la vía judicial” y agotarla.
A priori, tal y como indicaron desde el comité a este medio, cuentan con el respaldo de la plantilla. “Notamos el apoyo de los trabajadores. Creen en lo que estamos haciendo”, señalan tras asegurar también que el personal, pese a todo, está animado, en buena parte porque no se termina de creer que el peor de los escenarios, en este caso el ERE, se vaya a confirmar a corto plazo. “Ninguno cree que esto va a pasar”, apunta, tras lamentar que gran parte del peso de la justificación que da la empresa para llevar a cabo la extinción de los contratos tenga un carácter “especulativo”. “Se basan en previsiones, unas previsiones con las que no estamos de acuerdo, puesto que cada vez se vende más”.
Pese a que de la empresa salen a diario 1.300 toneladas de cemento, se aferra al descenso en la producción para justificar su postura y hace oídos sordos a las alternativas que les ha planteado el Ayuntamiento de Jerez, que también ha querido mediar en el conflicto. “No entendemos por qué la empresa con toda la información que le damos y todas las alternativas que están saliendo a la luz, sigue adelante”, indican. Una de las alternativas de las que se ha hablado estos últimos días ha sido enfoque de negocio planteado por la alcaldesa para que la fábrica de Jerez se haga cargo de la destrucción basura urbana. “Esto se está convirtiendo en un problema de los ayuntamientos, y la fábrica de Jerez podría encargarse de esa labor y ganar dinero”, añaden.
La propia alcaldesa, Mamen Sánchez, habló de esta posibilidad tras la reunión con el comité de empresa el pasado viernes. “Existe una vía muy atractiva, en consonancia con las directrices que marca Europa, para explorar nuevos nichos de mercado a partir de la valorización energética de residuos. Hace más de un año que venimos planteando la posibilidad de que éste y otros ayuntamientos puedan demandar servicios de este tipo a la planta e incluso que la compañía pudiera alquilar sus instalaciones a otras empresas para realizar estos trabajos”, explicó.
Para Sánchez, “Holcim puede convertirse en una compañía de referencia en Andalucía y en España en este terreno si tiene voluntad de permanencia en Jerez y aprovecha esta oportunidad. Haría falta emprender unas modificaciones tecnológicas para abrir esta puerta al futuro y permitir nuevas líneas de explotación vinculadas a la valorización de los residuos, pero lo que es evidente, es que hay muchas posibilidades que no pasan por los despidos”.
Con la vista puesta en el 5 de marzo
De igual manera, aunque en este conflicto, las administraciones no pueden ir más allá de ser “meros observadores” y “mediar” proponiendo otras opciones a la empresa, por el momento desde la Junta no ha habido movimiento ni a favor ni en contra más allá de exponer el Parlamento a través de varias preguntas de Izquierda Unida. En otros tiempos, recuerda en el comité de empresa, cuando Holcim cerró una planta en Almería, la entonces presidenta de la Junta, Susana Díaz, se desplazó a la propia planta para apoyar a la plantilla. Un gesto que fue más simbólico que otra cosa, dado que no interfirió para nada en los planes de la compañía. “Acabaron cerrando, pero nosotros siempre lo decimos. Tenemos la puerta abierta a quien quiera venir, y hay gente que se ha acercado”, señala para referirse a las formaciones que han acudido a mostrar su apoyo a una plantilla que se haya inmersa en una contrarreloj para alcanzar un acuerdo. Esta semana volverán a sentarse.