Para Vanesa García, de El Rincón de El Chiri, en el barrio de Santiago,
el Miércoles Santo es el día grande de todo el año. Por eso lleva semanas abasteciéndose de género y bebidas, y ha llegado a
cambiar incluso la fisonomía del bar en su interior con una barra más grande para atender la demanda de clientes -en esta jornada especialmente por la salida de la Hermandad del Prendimiento, y durante toda la Semana Santa.
Si las lluvias acaban dejando en casa a las cofradías, sus planes se van al traste, como los del resto de los bares del centro de Jerez.
“Si me llueve el miércoles se carga las previsiones de todo el año”, señala a VIVA JEREZ. Prefiere no pensarlo y pensar en positivo: si todo sale bien, podrá decirse que la jornada le salvará prácticamente el año. Ya sí le saldrán las cuentas. Como ella, todos quieren repetir el lleno de 2023.
En su caso, no ha podido reforzar su personal como hubiera querido debido a la falta de camareros, un problema recurrente en el sector en los últimos años siempre que hay un evento. “No hay gente, nos las estamos viendo y deseando, y sé de otros negocios a los que les está pasando igual que a mí”, explica.
En La Tasquita de Aladro, situada al inicio de la Carrera Oficial, sí han podido doblar su plantilla y también han reforzado los pedidos a los proveedores. Con una ubicación también privilegiada, prácticamente lo tienen todo completo para Semana Santa y, como novedad, este año han habilitado un punto específico de avituallamiento para las hermandades. Será a través de un acceso para todo el personal auxiliar de las cofradías para evitarles esperar. “
Abriremos una puerta solo para ellos para que tengan la mayor rapidez para poder continuar la jornada procesional”, indican desde este establecimiento.
En la Asociación Hostelería de Jerez no bajan la guardia por el giro que han dado las predicciones meteorológicas para el primer evento fuerte de la primavera y confían en que el temporal “no desluzca” la Semana Santa. “Vamos a esperar a ver si el tiempo respeta las procesiones, y si no hace tiempo de playa, que no lo va a hacer, puede ser hasta positivo para Jerez porque la gente se va a quedar aquí y no se va a ir a la costa; las bajas temperaturas vienen bien, pero la lluvia no”, admite Alfredo Carrasco, presidente del colectivo de hostelería de Jerez.
Aunque los negocios del centro son los grandes beneficiados y confían en un repunte en las ventas si el tiempo les acompaña, el representante de los hosteleros también subraya la rentabilidad de esta cita en los establecimientos de los alrededores e incluso la periferia, por lo que cruza los dedos para que ninguna dana haga acto de presencia durante la Semana Mayor. “Son días festivos, la gente sale y está en la calle, por eso es importante que el tiempo nos acompañe porque todo va a estar lleno”, añade.
A nivel de hoteles, las expectativas tampoco pueden ser mejores. Según las las previsiones de Horeca, la patronal hostelera, l
os hoteles de Jerez esperan una ocupación superior al 81% entre el Jueves Santo y el Sábado Santo, unas cifras que estarían
por encima de las registradas en la
Semana Santa de 2023 y que superarían a la media provincial incluso. En concreto, las encuestas realizadas apuntan a un 85,10% y un 85,97% de ocupación en las jornadas del Jueves y del Viernes Santo respectivamente, unas cifras que superan en hasta más de diez puntos porcentuales a las de 2023.
La estimación de la venta de habitaciones sí bajaría al 72,39%, casi cuatro puntos, en el caso del Sábado Santo, dejando una media del 81,15%. En cualquier caso, las cifras finales dependerán de las reservas de última hora y a la meteorología. Hay que seguir mirando al cielo.