Padres y alumnos del
colegio de educación primaria José Nogales de Aracena se han concentrado este jueves para pedir una
solución “urgente” para el centro, que fue
desalojado el pasado martes por la Junta de Andalucía debido a sus
graves problemas de impermeabilización, agravados con las últimas lluvias.
A las puertas del colegio, una representante de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos ha leído un comunicado en el que las familias han mostrado su descontento por “el
estado de deterioro del centro”, una situación que llevan años sufriendo y que, finalmente, ha dejado a los niños sin clases presenciales en pleno curso escolar.
Las familias no están dispuestas a que las clases se lleven a cabo de forma telemática mientras se reparan las cubiertas del colegio. Por ello,
piden que “se reubique a los niños lo antes posible” de manera que se pueda garantizar la educación presencial.
La protesta ha contado con el
respaldo del sindicato Ustea y de IU. Según ha explicado a Viva Huelva el concejal de IU en el Ayuntamiento de Aracena y también delegado de Ustea, Joan Llompart, las familias del colegio José Nogales de Aracena merecen una solución rápida y adecuada. El colegio, indica Llompart, “lleva más de diez años con goteras” sin que se haya puesto un remedio.
Estaba previsto que la Delegación Territorial de la Consejería de Educación y Formación Profesional acometiese este verano una intervención para cambiar tres de las cubiertas del colegio, con un 400.000 euros de presupuesto y
un plazo de ejecución de cuatro meses. Sin embargo, explica Llompart, “las obras no comenzaron en julio, sin que sepamos el motivo y se retrasaron para octubre, una fecha que tampoco se cumplió”.
El pasado 1 de diciembre, señala el concejal, los obreros se presentaron en el colegio “sin avisar”.
El inicio de los trabajos se fechó para el pasado lunes pero han tenido que volver a aplazarse por las fuertes lluvias.
Según indica Llompart,
está previsto que en la jornada de hoy el delegado territorial de Educación, Carlos Soriano, visite el colegio, en el que están matriculados 559 alumnos este curso.
Además de las cubiertas, sostienen desde el Ampa, el colegio “tiene un problema más profundo” ya que cuenta con desperfectos que se han ido acumulando a lo largo de los años.