Pese a una última prueba a su perseverancia, con lesión muscular en la final de la Liga de Campeones, había ganado la batalla estando entre los 23 elegidos
Antes de empezar el Mundial de Rusia, la selección española ya tenía un ganador. Era Dani Carvajal, que pese a una última prueba a su perseverancia, con otra lesión muscular en la final de la Liga de Campeones, le había ganado la batalla estando entre los 23 elegidos. Aquella incertidumbre representa ahora su motivación.
"Cada diez minutos antes de entrenar, de jugar los partidos o cuando me meto en el vestuario al descanso intento recordar lo que pasé". Carvajal aguanta la emoción al echar la vista atrás hasta otro momento doloroso en forma de lesión, víctima en grandes citas que en el pasado ya le impidieron jugar un Mundial y una Eurocopa. En esta ocasión salió airoso gracias a la confianza de Julen Lopetegui.
Y eso que cayó lesionado en la semifinal de la Liga de Campeones en el Allianz Arena, en uno de sus días más duros del curso con un marcaje que se convirtió en pesadilla al veterano Frank Ribery. Regresó justo a tiempo para la final de Kiev del 26 de mayo. Solo le dio tiempo a jugar un partido intrascendente, de ritmo bajo, en el estadio de la Cerámica de la última jornada de Liga. En cuanto apareció la intensidad en un duelo grande como la final de 'Champions', Dani se rompió.
"En esos momentos pienso que estoy fuera de todo esto. Ahora, que lo estoy viviendo lo recuerdo y salgo a entrenar con más ganas que nunca. Cuando recuerdas esos momentos y te ves disfrutando con tus compañeros hace que te sientas de los más afortunados y felices del mundo", confiesa.
Renunció a sus días libres y prácticamente Carvajal fue el primero de los campeones de Eurocopa que se incorporó a la concentración ya iniciada de la selección española en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas para preparar el Mundial de Rusia. En su caso era para apurar todas las opciones que la medicina le presentaba para recuperarse de su lesión muscular en el isquiotibial derecho.
Sesiones de fisioterapia, de crioterapia para intentar acortar el máximo posible el tiempo de recuperación, máximo descanso en la residencia. Era el momento de renunciar a todo y centrarse únicamente en recuperar el músculo dañado. Y Dani lo consiguió. Viajó a Rusia siendo uno más, trabajó con el freno que le puso primero Lopetegui y posteriormente Fernando Hierro para no forzar su reaparición. Vivió desde el banquillo el estreno ante Portugal y desde la segunda jornada recuperó su puesto en el lateral derecho.
"Me encuentro muy bien. Ante Marruecos me faltó un poco de confianza a la hora de tener el balón pero físicamente me encuentro espectacular, he recuperado muy bien, he trabajado mucho y estoy a mi nivel óptimo para competir", defiende Carvajal que sabe que uno de los focos de la crítica se dirige hacia el lateral derecho.
El nivel de Nacho Fernández, que salió airoso del encuentro ante Portugal después de iniciarlo con un penalti evitable a Cristiano Ronaldo, y la ausencia de frescura en el físico de Carvajal, provoca su defensa en público. Dani no quiere ser uno de los cambios que planea Hierro para cambiar la cara de España en octavos de final frente a Rusia.
Ahora, pide una pausa a la crítica y que se rebaje el nivel de exigencia. España, alejada de su brillantez, avanzó a octavos como líder de grupo y está convencido de que en eliminatorias, cuando el encuentro depara un ganador y un equipo derrotado en el camino, nadie apostará por un planteamiento ultra defensivo. Aquellas lágrimas de Kiev hicieron más duro a un jugador que ya destaca por su fortaleza.