Los niños que sueñan con ser futbolistas o toreros nunca cuentan ovejas para dormirse, sino que espantan el insomnio y los desvelos del campo de albero con saltar a un estadio o hacer el paseíllo en La Maestranza y, como hizo el delantero Loren Morón, debutar con dos goles ante 50.000 espectadores.
Lorenzo Morón García, con 24 años cumplidos el pasado 30 de diciembre, culminó ante el Villarreal su mejor semana como futbolista del Betis, al lograr los dos goles de la victoria bética después de haber sido ascendido al primer equipo y renovado hasta 2021 tras haber marcado 17 goles en 23 partidos en el filial verdiblanco en esta temporada.
El zapatazo desde fuera del área que supuso su estreno goleador en Primera en el partido de su debut se lo sirvió otro canterano, el centrocampista Fabián Ruiz, quien la pasada semana, tras ampliar su contrato por el Betis hasta 2023, también se acordó de los esfuerzos de su madre para llevarlo a entrenar cuando acababa de trabajar.
"Mi madre ha sacado a tres hermanos adelante ella sola. Siempre me llevaba a los entrenamientos cuando salía de trabajar. Para ella ha sido un sacrificio muy duro, así que espero ahora devolvérselo", ilustró Fabián tras una renovación a la que siguió la de Loren, quien después de su debut reconoció que todavía no se lo creía.
La tardes de invierno en las ciudades deportivas, el autobús, los bocadillos y los sueños alimentados en campos inverosímiles son los que explotan cuando se sale ante 50.000 espectadores y, además del 'golpe' de comprobar que tu nombre está en la pizarra de titulares, agarrar el balón y ponerlo donde tantas veces se sueña, allí.
Loren Morón, nacido en Marbella, llegó al Betis Deportivo en el mercado invernal de la temporada 2014-2015 procedente del Vélez, y es hijo de un futbolista que jugaba en sus antípodas, un central que en la década de los noventa del siglo pasado jugó, entre otros equipos, en el Mérida, el Recreativo de Huelva y en el Sevilla.
El espigado delantero marbellí (1,88) alimentó durante años el sueño de ser alguien y seguir la tradición paterna, para lo que jugó en juveniles en la Peña Los Compadres y el Vázquez Cultural; en tercera en la Unión Estepona y el Marbella; y en Segunda B, en el club marbellí con el que ascendió y con el Vélez.
En esos campos es donde se forja y curte la personalidad de éstos y de tantos jugadores que se quedan en el camino si no surge la oportunidad, o no hay un entrenador con la valentía de poner a un canterano por encima de otros jugadores de menos riesgo en el juicio de la grada por llegar fichados desde fuera.
"A veces todo el mundo reclama jugadores con mucho nombre y resulta que no haces mucho caso a lo que tienes en casa", afirmó en la rueda de prensa tras el partido ante el Villarreal el entrenador bético, Quique Setién, y clavó el conservadurismo de clubes y técnicos que, en caso de necesidad, rehuyen del reto.
En el caso de Loren Morón, además de su buen rendimiento y su eficacia goleadora en el filial bético, ha influido la apuesta de la dirección deportiva por la cantera y, además, el hecho de que uno de los delanteros titulares del Betis, el paraguayo Tonny Sanabria, aún se recupera de una lesión de rodilla y abrió hueco.
"Desde el primer momento dijimos que no queríamos barreras ni puertas que pudieran privar a cualquier futbolista con personalidad y talento para cuando el entrenador del primer equipo lo llamara pudiera dar un nivel alto", ha afirmado el vicepresidente deportivo de la entidad, Lorenzo Serra Ferrer.
Como resultado de esta línea deportiva, y además de Fabián y el debut de Loren, Setién ha contado con numerosos jugadores de la cantera como Francis Guerrero, Carlos Redruello 'Redru', Rafa Navarro, Juanjo Narváez (cedido en el Córdoba) y, en menor medida, Iván Navarro, César de la Hoz, el dominicano Júnior Firpo, Julio Gracia, Aitor o Nacho González.