La Federación Española de Baloncesto (FEB) ha anunciado este martes la dimisión de Juan Antonio Orenga al frente de la selección nacional después de la eliminación en cuartos de final de la Copa del Mundo contra Francia, tres días después de que el técnico asegurara que se veía con "fuerzas y energía" para continuar en el cargo.
Según explica la FEB, Orenga considera que "no se han alcanzado los resultados esperados en la Copa del Mundo" y presenta su renuncia "con el propósito de facilitar la planificación del futuro a corto y medio plazo".
"La FEB quiere agradecer a Juan Antonio Orenga su trabajo y compromiso, al tiempo que sigue contando con su experiencia y conocimientos -desde un nuevo puesto en el organigrama técnico aún por decidir- para el desarrollo y mejora de nuestro modelo deportivo", explica el organismo a través de un comunicado.
Después de la inesperada eliminación ante Francia, el presidente José Luis Sáez había aplazado a "finales de octubre o noviembre" cualquier decisión y Orenga había reafirmado su compromiso de seguir en el cargo. Los gritos de "¡Orenga dimisión!", que volvieron a escucharse el domingo durante la final, podrían haber precipitado la decisión del técnico.
De esta forma, se cierra una etapa de dos años en la selección española más exitosa de la historia marcada por el fracaso en la Copa del Mundo, segunda gran torneo que encabezó el ya exseleccionador después de haberse colgado el bronce en el Eurobasket de Eslovenia.
Elegido relevo del italiano Sergio Scariolo, avalado por su título continental con la Sub-20, el castellonense tuvo que afrontar dos retos de nivel en su periplo al frente del banquillo de la considerada mejor generación de jugadores del deporte de la canasta. Sin algunos de sus grandes referentes (Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes o Serge Ibaka) salvó con un podio el primero, pero en el segundo, el Mundial de 'casa', la derrota con Francia en los cuartos provocó el fin de su etapa.
Tras una dilatada carrera que le llevó a destacar en los años noventa con las camisetas de Real Madrid, Estudiantes o Unicaja, Orenga se retiró en Cáceres hace doce años. Antes, disputó 129 partidos con la selección española en una época mucho más oscura en cuanto a éxitos respecto a la actual, pero pudo conquistar un bronce en el Europeo de Italia'91.
TROPEZAR DOS VECES CON LA MISMA PIEDRA FRANCESA.
Tres años después de retirarse emprendió su primera aventura como entrenador en el Estudiantes, aunque fue un debut efímero, ya que cesó después de una quincena de partidos oficiales. Fue en 2006 cuando la Federación Española de Baloncesto le integró en su cuerpo técnico para las categorías inferiores.
Su mayor éxito llegó en el Europeo sub-20 disputado hace tres veranos en España, donde conquistó el título con un equipo liderado por Nikola Mirotic, precisamente el jugador que ha descartado en la absoluta al descantarse por Serge Ibaka, lastrado por la norma de un solo nacionalizado.
Antes, Orenga ya se había integrado a la selección española, debutando como ayudando de Aíto García Reneses en los Juegos Olímpicos de Pekín. Tras el nombramiento de Sergio Scariolo, el castellonense continuó como asistente del italiano, colaborando a los oros en los Europeos de 2009 y 2011 y a una nueva plata olímpica en Londres 2012.
Después de aquel torneo, Scariolo abandonó el cargo y el presidente de la FEB, José Luis Sáez, le ascendió a seleccionador, abriendo una etapa de dos años en la que el equipo nacional no ha logrado volver a disputar una final, unos resultados desacostumbrados en esta época gloriosa del baloncesto español.
Su primera oportunidad llegó en el Eurobasket de Eslovenia, donde tuvo que componer un equipo de circunstancias ante la baja de puntales como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Serge Ibaka. Tras acabar primero de grupo, con cuatro victorias y una derrota ante Eslovenia, apalizó a Serbia en cuartos de final (60-90) antes de chocar por primera vez con Francia, auténtica 'bestia negra' de su periplo en el cargo.
Con Tony Parker como líder del posterior campeón de Europa y después de una prórroga, España fue apeada del trono continental y Orenga recibió numerosas críticas por sus planteamientos tácticos en los momentos decisivos. La medalla de bronce tras vencer a Croacia apenas pudo menguar la reprobación de la afición española, pero Sáez no dudó en que era el hombre adecuado para el ambicioso reto de ganar la Copa del Mundo en casa.
Esta vez Orenga sí que pudo reclutar a todas las estrellas de la selección, lideradas por un Pau Gasol que llegaba más descansado que nunca física y mentalmente, tras varios meses descanso y una vez cerrado su fichaje por Chicago Bulls.
La inmaculada gira de preparación y una arrolladora primera fase de la Copa del Mundo hacían soñar con un éxito que volvió a encallar contra el mismo adversario. En casa, contra el eterno rival vecino llegó la decepción con la eliminación en los cuartos de final..-