La Delegación provincial de Salud aseguró la pasada semana que no hay ningún gaditano que en la actualidad rebase el plazo máximo de garantía a la hora de someterse a una intervención quirúrgica o a una primera consulta con el especialista. Tras el anuncio, varios gaditanos han mostrado su rechazo a esta afirmación realizada por el Servicio Andaluz de Salud, como es el caso de José Antonio Sánchez, un gaditano de 54 años que lleva desde el 7 de marzo esperando a ser intervenido para que se le coloque de nuevo la batería del electroestimulador medular que lleva en su espalda desde hace 14 años.
Es una técnica que se usa habitualmente para tratar los casos de dolor irradiado debidos al fracaso de la cirugía vertebral. La finalidad es el bloqueo de la sensación de dolor que el nervio envía al cerebro del paciente. Según José Antonio se trata de una operación bastante sencilla, que se realiza en la unidad del dolor y que no requiere hospitalización. De hecho, cada cuatro años ha tenido que ser intervenido por esta misma causa, “y nunca he tenido que esperar más de una semana, en cambio ahora llevo más de cuatro meses esperando”.
Este paciente asegura que el fuerte dolor que le está causando le ha obligado a acudir a un psiquiatra y que los médicos que le dicen que este retraso en la operación no hace más que agravarle el problema de la columna. “Ya no sé qué hacer, me tienen enterrado en vida con 54 años”.
Los hospitales privados también sufren recortes
La situación económica también ha afectado a la contratación de servicios de hospitales privados que durante años han supuesto un importante desahogo para la sanidad andaluza y gaditana. El SAS tiene acuerdos firmados con cinco centros en toda la provincia y en el caso del Puerta del Mar es la Clínica San Rafael la que le presta ayuda, especialmente en el área de Traumatología.
En los últimos años ha descendido el número de derivaciones para operaciones y pruebas diagnósticas. A lo largo de 2011, el último año del que se tienen datos, San Rafael realizó un total de 3.664 intervenciones quirúrgicas, casi un centenar menos que el año anterior y 2.222 pruebas, unas 1.200 menos. Es posible que esos números se haya resentido de nuevo. Al menos así lo vaticina la Federación Nacional de Clínicas Privadas.