La responsabilidad en tiempo de crisis es algo que se echa en falta, máxime si de abandono de animales se habla. Aunque por todos es sabido que el verano es la estación del año en la cual se produce el mayor número de abandonos de mascotas, la solidaridad a la hora de acogerlas en adopción no está en la misma proporción.

La Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Cádiz Refugio Kimba es testigo de primera mano de este hecho y de cómo tienen que ir buscando la solidaridad fuera de España, ya que los españoles abandonan más animales de los que están dispuestos a adoptar.

Refugio Kimba aporta a este medio que en lo que va de año ha acogido un total de 108  perros, de los cuales más de la mitad, en concreto 62, han partido rumbo a Europa para ser objeto de adopciones internacionales.

Nieves Orellana de Molina, presidenta de la sociedad protectora de animales Refugio Kimba, señala que los países que copan las adopciones son Bélgica, Alemania y Holanda .

Kimba trabaja en equipo con dos asociaciones en Bélgica, dos en Holanda y una en Alemania que son las que en sus países buscan familias para los perros acoge la sociedad protectora de animales gaditana. Asimismo buscan en España familias adoptantes para los animales abandonados y acogidos por ellos.

Una vez que las asociaciones de animales europeas comunican que han conseguido una familia para un perro en concreto -todos los perros que tiene el Refugio están a la vista en la web www.refugiokimba.org-, hay que buscar un padrino de vuelo, es decir, una persona no necesariamente que pertenezca a una asociación, ya que cualquier particular puede hacerlo, que con su billete y una gratificación por llevar al perro al país destinatario, se responsabilice de su entrega en el aeropuerto de destino en donde le esperan miembros de la asociación con la familia adoptante.

Seguimiento a los perros dados en adopción

iLa adopción internacional de un perro no concluye con la mera entrega del animal en el país de destino. Después de recibirlo, la asociación del país tiene que realizar un seguimiento de esa adopción con visitas periódicas a la casa en donde se encuentra el perro y en el caso de que existiera algún problema, la asociación se hace cargo nuevamente de él hasta encontrarle una nueva familia, aunque como señala Nieves Orellana, “eso es algo que no suele ocurrir apenas”.

Kimba, asimismo, intenta dentro de sus posibilidades económicas que son escasas debido al gran número de animales que alberga, ir una vez al año para ver in situ a los animales que han viajado al extranjero, aunque “confiamos en el buen trabajo que ellos realizan para encontrar buenas familias”.