Fuentes eclesiásticas aseguran que los trabajos se están acometiendo sin tomar mínimas precauciones
La polémica en torno a la rehabilitación del Oratorio San Felipe Neri no consigue pasar página. Casi un año después de que la Hermandad de las Aguas se tuviera que alojar en la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, y cuatro meses después de que se iniciaran las obras, se produce una nueva vuelta de tuerca. Hasta INFORMACIÓN han llegado protestas que apuntan a que los trabajos se están acometiendo en este templo barroco de la capital se están llevando a cabo sin ningún tipo de “cuidado” ni “prevención”. En este sentido hay que recordar que los responsables de la obra son, por un lado, la Junta de Andalucía, y por otro, el Obispado de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, que es quien se tiene que encargar de supervisar los trabajos.
Fuentes eclesiásticas han confirmado a este periódico que todas las imágenes y retablos que allí se encuentran no están siendo protegidos, con el consiguiente perjuicio que puede ocasionar en las mismas. En este sentido, las quejas apuntan a que aunque haga falta restaurar estas obras de arte una vez que se finalice la primera fase, “es mejor prevenir que curar”.
El descuido no sólo está haciendo mella en las obras artísticas del interior del edificio, también afecta a la solería de mármol que actualmente se encuentra en contacto directo con escombros y demás suciedades que conllevan trabajos de este tipo.
el obispado Por su parte, el vicario general de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Guillermo Domínguez Leonsegui, ha manifestado que no le han transmitido ninguna noticia al respecto en las reuniones mantenidas dentro de la comisión mixta que se encarga de hacer el seguimiento de los trabajos y de la que él forma parte. Es más, asegura que confía en la profesionalidad de la empresa adjudicataria de las obras, Alberto-Domínguez Blanco-Restauración, que en su día se encargó de las reformas de la planta alta del Palacio de Carlos V de Granada o del edificio Sabil del Sultán Quad Bei, de El Cairo (Egipto).
El coste de esta intervención, promovida conjuntamente por la Junta y el Obispado, asciende a 2,2 millones de euros. En este montante no se incluye la restauración de los altares e imágenes, ni la puesta en valor del inmueble anexo. Esta actuación ha de estar concluida el 20 de noviembre de 2011, según se recogía en la oferta con la que concurrió y ganó el concurso la empresa adjudicataria. Unos plazos muy ajustados para poder estar para el Doce y más si lo de dentro no se cuida.
Las obras de gran valor artístico que están en peligro El retablo mayor de este templo que está llamado a ser una de las puntos fuertes en la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812 es de madera de estilo rococó, de mediados del siglo XVIII. Lo preside un lienzo de la Inmaculada Concepción, pintado y firmado por Murillo (actualmente esta obra se encuentra resguardada en el Museo de la Catedral de Cádiz, en la Sala de los Corales, después de que fuera sometido a una profunda restauración). En las calles laterales del retablo se encuentran las esculturas de San Servando y San Germán yen el ático la Glorificación de San Felipe Neri con San Pedro y San Pablo a los lados.
La capilla central, Sagrario de la Iglesia, es un conjunto barroco de mármoles italianos del siglo XVIII. Se venera en ella el Cristo de la Expiración, un crucificado realizado en madera policromada también de origen italiano.
En la siguiente hay un relieve de madera policromada que representa la Adoración de los Reyes, obra de José Montes de Oca (el autor del Cristo de la Hermandad del Ecce-Homo).
Aunque se han salvado de las obras, el Oratorio era también sede canónica de una de la Hermandad de las Aguas, que el pasado 31 de mayo se trasladó a la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, y que en la pasada Semana Santa comenzó su estación de penitencia desde la Parroquia de Santa Cruz. El Cristo de las Aguas es una de las mejores obras del sevillano Francisco Buiza y la Virgen de la Luz es una réplica de la original que se conserva en San Antonio de Padua.