Hazas de Suerte de Barbate: Una histórica gestión en beneficio del común de los vecin@s

Publicado: 20/12/2024
El historiador Antonio Aragón habla sobre la historia de las tierras comunales y de la espectacular gestión realizada en los últimos años
Las Hazas de Suerte son unas tierras de labor pertenecientes a los vecinos de Barbate y Vejer. Tienen la consideración por ley de propiedad comunal, estando su administración en manos de un grupo de vecinos elegidos al efecto (los asociados) y que constituyen, junto con la Corporación Municipal, la llamada Junta de Hazas. Esta Junta de Hazas es la encargada de redactar el Reglamento, el cual determina bajo qué criterios se van a administrar estos terrenos comunales. Tanto el pueblo de Barbate como el de Vejer poseen sus propios reglamentos, habiendo sido el actual de Barbate aprobado en sesión plenaria de fecha 7 de marzo de 2018.

La denominación de Hazas de Suerte tiene su origen en la naturaleza de su posesión, ya que desde antiguo estos terrenos vienen sorteándose cada cuatro años entre los vecinos empadronados de cada población, disfrutando una renta anual durante esos años cuya cantidad viene determinada por la Junta de Hazas. En Barbate, las cantidades correspondientes al sorteo de este año han sido aprobadas por la Junta de Hazas, quedando como sigue: Hazas menores: 828 y 1.167 euros; Haza mediana: 1.459 euros; Haza mayor: 1.751 euros; Hazas expropiadas (la más corriente): 1.167 euros; y ‘Duros muertos’: 426 euros.

En consecuencia, un agraciado con un haza mayor podrá percibir en total 7.430 euros durante cuatro años. Claro que a esta cantidad hay que restarle el 5% que determina el Reglamento de Hazas para gastos de administración, o sea, 371,5 euros, con lo cual la cantidad ingresada se quedará en 7.058,5 euros.

En total, este año se van a sortear 164 hazas: 124, más 10 nuevas, a las que se añaden 30 correspondientes a anteriores sorteos que quedaron vacantes.



Los que pueden resultar agraciados

Solo los barbateños que se hallen en el Padrón de Vecinos con derecho a Hazas pueden resultar agraciados. Este padrón se confeccionó en 1960 con todos los vecinos cabeza de familia de entonces, así como con las viudas, y hasta que no les toque un haza a todos, no se volverá a confeccionar otro padrón. Para el sorteo de este año hay inscritos 751 vecinos, con lo cual, quedan, siendo optimistas, cuatro sorteos más, o sea, dieciséis años.

Hay adjudicación de haza directa para los diez vecinos mayores, según el Reglamento. Pero de los inscritos en el padrón solo quedan dos con vida, lo que quiere decir que casi la totalidad de los premios irá para los herederos, o sea, hijos, nueras y yernos de quienes se inscribieron en 1960.

Si el agraciado ha fallecido sin descendencia, o sus herederos han emigrado, o simplemente no se reclama el haza, esta quedará vacante con su correspondiente renta para el siguiente sorteo, cobrándose luego en su totalidad.

En enero se abren un expediente por cada agraciado y la decisión última siempre la tiene la Junta de Hazas. En 2025 solo se cobran los llamados ‘Duros muertos’ (en este año cobran por última vez los agraciados en 2020), comenzándose a cobrar la renta del  sorteo de 2024 en 2026.

De dónde sale el dinero para el sorteo

Después de 1938, año en que se produce la segregación del municipio matriz de Vejer, a Barbate le corresponden 124 hazas. Hasta el siglo XIX, las hazas, administradas todas por Vejer entonces, las cultivaba el mismo agraciado, o bien la arrendaba, recibiendo en especie el producto de la siembra. A partir de entonces se creó un Padrón de Agricultores, adjudicándose las hazas a estos, quienes debían abonar una renta a la Junta de Hazas, la cual se sorteaba entre los vecinos.

Este es el sistema que copió Barbate de Vejer después de 1938, y el que rige actualmente. Las cantidades que abonan los agricultores, llamados colonos o asentados en el Reglamento, las determina la Junta de Hazas, o mejor, las determinó hace años, obligando el mismo Reglamento a incrementarlas anualmente según se haya incrementado el índice de precios al consumo (IPC), a fin de que no pierdan su poder adquisitivo. Esto implica que, si durante los cuatro años anteriores al sorteo el IPC ha sido muy bajo, cosa que ocurrió en el año 2020, por ejemplo, el incremento de las rentas es mínimo; y si, por el contrario, el IPC ha sido alto, cosa que ha ocurrido estos cuatro años atrás, el incremento es elevado. Esta es la razón por la que las hazas mayores, que hace cuatro años estaban en 1.476 euros, este año estarán en 1.751 euros, un incremento del 18,65% (275 euros). No obstante, no todas las hazas han subido porcentualmente de la misma manera, existe una excepción.



Expropiadas o “de los militares”

En 1981, siendo Leopoldo Calvo Sotelo presidente, el Consejo de Ministros, en reunión celebrada el 13 de julio y a propuesta del Ministerio de Defensa, cuyo ministro era Alberto Oliart (a quien le tocó lidiar con los reflujos del 23F y el ingreso en la OTAN), decidió la expropiación forzosa de unos terrenos en el término municipal de Barbate con objeto de instalar un campo de maniobras anfibias para la Armada. Dentro de esos terrenos, se contemplaban algunas hazas de suerte, precisamente la mayor parte de las que Barbate tenía en su propio término, en concreto 70,5 hazas (tiene 37 hazas en el término de Vejer). El gobierno de Felipe González, constituido en diciembre del siguiente año, asumió lo que se había decretado, con lo que comenzaron inmediatamente las negociaciones, siendo en Barbate alcalde y presidente de la Junta de Hazas Serafín Núñez Sánchez.

Parece que el hecho de que ambos, el gobierno de la nación y los regidores del pueblo, perteneciesen a un mismo partido (PSOE), facilitó el entendimiento, llegándose en poco tiempo a determinarse el justiprecio que el Estado había de pagar a la Junta de Hazas. La cuestión es que tal precio no parecía ser tan justo, y que la Junta de Hazas, en realidad, no recibió todo el beneficio que hubiese podido derivarse de ese dinero.

El total de las 70,5 Hazas de Suerte, se valoró en 282.374.265 millones de las antiguas pesetas (1.697.069 euros), abonadas en dos entregas e ingresadas a plazo fijo por la Corporación Municipal en una entidad bancaria, destinándose a partir de entonces un porcentaje para la Junta de Hazas, y otra parte a engrosar el capital que se había ingresado y también el presupuesto del Ayuntamiento, con el fin esto último de destinar el dinero a “fines sociales”. Poco tiempo más tarde, se realizaría una modificación a este planteamiento, quedando definitivamente el 40% para la Junta de Hazas, la cual destinaría ese dinero a premios, y el otro 60% para el Ayuntamiento.

La decisión tomada por aquella Junta de Hazas y Corporación no fue la más acertada. Todos somos conscientes de que el dinero inmovilizado se somete a una reducción proveniente, sobre todo, del efecto inflacionario, por lo que, tomada la decisión de dejar el capital a plazo fijo, la mayor parte de los intereses, en todo caso, tendría que haberse destinado a incrementar dicho capital (la solución menos lesiva), y una parte mínima a premios para los agraciados, a fin de no ocasionar más perjuicios de los que ya se ocasionaban con motivo de expropiar unos terrenos comunales.

Por otro lado, ingresar una parte del dinero de los intereses del capital, entonces elevadísimos, en el presupuesto del Ayuntamiento, significaba, también, que los representantes políticos decidían sobre un dinero resultante de una expropiación de bienes comunales, cuando eso solo correspondía a la Junta de Hazas.

Después de 1982 se amortiguó, por decirlo de alguna forma, el impacto de la expropiación en los ciudadanos, al establecer una renta muy elevada para los agraciados de las hazas expropiadas (unas 80.000 pesetas, 480 euros), con respecto a las de los colonos. Pero, con el tiempo, los intereses del capital principal fueron menguando, hasta llegar a ser nulos a partir de 2008. Evidentemente, sin intereses no podían abonarse rentas para las hazas expropiadas. Parecía que se había llegado a un callejón sin salida.

Los “molinos de viento”

Cierto profesor de arquitectura, comprobando con sus ojos cómo, para su sorpresa, algunos edificios no colapsaban, solía decir que “Dios no solo existe, sino que además es muy bueno”. Pues algo parecido podríamos decir nosotros al contemplar cómo la mayor parte de las Hazas de Suerte de Barbate no han acabado machacando aún más el ya de por sí machacado presupuesto municipal. La razón hay que buscarla en una energía renovable y limpia: la energía eólica.

Desde mediados de la década de los 90 habían comenzado a extenderse por el territorio nacional parques eólicos. El término municipal de Barbate, por hallarse en una de las zonas más ventosas de Europa, el Estrecho de Gibraltar y, por tanto, con régimen de vientos idóneo –de hecho el primer parque de la península se instala en Tarifa–, fue escogido por una empresa para este fin.

El 10 de agosto de 2010, siendo alcalde Rafael Quirós, la Junta de Hazas, basándose en el nuevo Reglamento de Hazas publicado en el Boletín Oficial de la Provincia dos meses antes, el cual contemplaba la posibilidad de otros aprovechamientos de los bienes comunales, suscribió un contrato con una empresa de desarrollos eólicos, los conocidos desde entonces por ‘molinos’. Mediante este contrato, la Junta de Hazas autorizaba la instalación de dos parques eólicos en terrenos de hazas ubicados en término de Vejer, con un total de 9 megawatios de potencia. La empresa con la que se había suscrito el contrato y que se encargaría de montar los ‘molinos’, Desarrollos Eólicos SAU, no adquiría los terrenos objeto de explotación –pues no podía adquirirlos de no mediar expropiación–, sino que se comprometía a abonar un canon o cuota fijada de antemano, según se estipulaba en el artículo 51 del Reglamento, cumpliendo la empresa a partir de entonces y escrupulosamente su compromiso.



Desde el momento en que se instalan los ‘molinos’, las cantidades abonadas por la empresa se ingresan en la cuenta de la Junta de Hazas, compitiendo a esta la administración total de este dinero. Y gracias a estos ingresos pudieron seguirse abonando las cantidades asignadas como premios de las hazas expropiadas.

En 2020, estando ya de alcalde Miguel Molina, la Junta de Hazas decidió, por primera vez en casi cuarenta años, incrementar los premios de las hazas expropiadas que, como dijimos, no llegaban a una renta de 500 euros, pasando en el sorteo de 2020 a 750 euros, los cuales, como también hemos hecho constar al principio, superan ya para el sorteo de este año los 1.000 euros. Con ello se corrige la injusticia de una cantidad que cada sorteo que pasaba se quedaba más insignificante y alejada de las hazas de los colonos.

Y no solo eso. Recientemente, y gracias al mismo recurso, la Junta de Hazas ha decidido incrementar también el capital a plazo fijo hasta llegar a los 2.000.000 de euros. La idea es, en la medida de lo posible, ir recuperando el valor de lo que se perdió, cuestión harto difícil si tenemos en cuenta que con el dinero de las 70,5 hazas expropiadas en 1982 hoy no podrían ni comprarse diez hazas. En cualquier caso, y en mi opinión, urge adquirir propiedades inmuebles que ofrezcan una rentabilidad estable para que el aprovechamiento de los bienes comunales no disminuya.

Otras novedades

En estos últimos años, la Junta de Hazas ha tomado otras decisiones capitales para el devenir de los bienes comunales, gracias, entre otros motivos, a los ingresos del parque eólico. Y esto en contraste con nuestros vecinos de Vejer, quienes no admiten que en los terrenos de hazas se haga un uso distinto al tradicional, pues entienden que desvirtuaría un patrimonio tan celosamente conservado por ellos desde hace siglos. Esta es una razón totalmente respetable y desde luego se corresponde con unos criterios tradicionales y coherentes que las distintas juntas de Hazas de Vejer han venido manteniendo a lo largo de los años. Pero en Barbate las hazas se ven de una forma distinta, entre otras cosas, porque Barbate es un pueblo eminentemente industrial y pesquero, no agrícola. De hecho, cuando en 1938 se produce la segregación, la nueva Junta de Hazas de Barbate respetó a todos los colonos de sus nuevas hazas, colonos que eran vejeriegos en su mayoría, no barbateños. Y esto a pesar de que el Reglamento obligaba –y obliga– a que los colonos residiesen en la localidad. Los motivos, desde luego, partían del hecho de que Barbate no tenía apenas agricultores. Y tal situación ha llegado casi hasta nuestros días. Pero, la cuestión, ahora, es que hay muchos barbateños en el sector agropecuario, y por lo tanto la conservación de estas tierras interesa cada vez más en Barbate.

Aun así,no ha surgido una oposición a los parques eólicos en nuestras Hazas de Suerte. Esto obedece no solo al hecho de que la energía eólica está permitiendo abonar e incrementar la renta de 70,5 hazas y también del capital inmobilizado, sino que, en realidad, el impacto sobre los terrenos es mínimo. Por un lado, los generadores no ocupan demasiado espacio, dificultando todo lo más el trabajo de los tractores; por otro, se tiene la convicción de que son instalaciones que en cualquier momento pueden desmontarse; y, finalmente, esta el hecho de que se trata de una energía limpia, con lo que se contribuye a disminuir el impacto de las energías contaminantes.

En esta línea de respeto del medio ambiente y de potenciar el desarrollo turístico se halla la decisión reciente de la Junta de Hazas de permitir la instalación de un mirador para avistamiento de aves en la zona conocida como “El Águila”, autorizando su construcción en terrenos de hazas a la Asociación ‘Amigos del Pericón’, asociación sin ánimo de lucro, la cual tiene entre sus objetivos la recuperación de la laguna de La Janda. El mirador, que apenas se asienta sobre el terreno, como si fuese un palafito, se halla frente a una zona que se inunda todos los años, y a la que acuden multitud de aves migratorias y locales. Pronto se va a inaugurar, abriendo sus puertas a centros educativos y grupos de visitantes que deseen un contacto directo con la naturaleza y su conservación. También, en las instalaciones, se ofrecerá información didáctica sobre las hazas y sus valores medioambientales. Hay que tener en cuenta, que la asociación antes referida, ayudará a los distintos colonos a desarrollar métodos de cultivos respetuosos con la naturaleza, estando previsto conseguir una producción con denominación de origen y que lleve en su etiquetado la impronta de Hazas de Suerte.



Otra novedad de los últimos años, un verdadero hito en esta materia, es el aumento del número de hazas. En concreto, se han añadido diez hazas a las 124 existentes de 1938. En realidad, se trata de unas hazas situadas en la periferia de los montes del Retín, que, aunque habían sido expropiadas, el Ministerio de Defensa nunca las usó, lo cual, quiere decir que, en realidad, las 70,5 hazas expropiadas se convierten en 60,5 hazas. Pero el deseo de la Junta de Hazas, contando con liquidez y buenas perspectivas de futuro, es añadir más hazas al sorteo, lo cual ayudará a que se acorten los plazos para formalizar un nuevo padrón.

Finalmente, y no menos importante, hace tres años la Junta de Hazas creó una serie de becas para los alumnos y alumnas de los distintos centros de enseñanza, tanto de primaria como de secundaria. La idea es no solo premiar la suerte, también los méritos, ayudando, por modesta que sea esa contribución, al alumnado del pueblo –el futuro del mismo–, haciéndole partícipe de los beneficios de nuestros bienes comunales, lo cual sin duda contribuirá a su vez a concienciarlo sobre la utilidad social y el valor patrimonial e histórico de los mismos.

En fin, como puede comprobarse, las Hazas de Suerte son algo vivo y especial que dos pueblos, cada uno con su idiosincrasia, tienen la suerte de disfrutar. De que esto siga siendo así no solo es responsable la Junta de Hazas, depende de un equipo de gobierno, como es el caso, que tenga claro el valor de esta institución; de unos políticos que sean conscientes de que no se puede convertir en campo de batalla cualquier cosa, pues sería una lástima que por sacar rédito político se acabasen perdiendo unos bienes comunales que democrática y limpiamente sirven a todos los ciudadanos. Y podemos dar fe de que, en los últimos años, ha venido siendo así, estando nuestros regidores a la altura de las circunstancias; finalmente,también hay que agradecer la implicación total de los asociados, destacando desde luego la figura de José Manuel Daza, Pepe Daza para los amigos, cuya labor altruista y desinteresada nunca agradeceremos lo bastante.

En definitiva, se trata de que los barbateños y barbateñas sigamos disfrutando de los beneficios de esta figura tan especial y tan propia de nuestra tierra que son las Hazas de la Suerte. De todos nosotros depende de que siga siendo así, y dejemos consecuentemente una herencia a los hijos de Barbate en mejores condiciones que la que nos hemos encontrado.

 

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