El Barça mantiene la distancia de seguridad
El Barcelona vence al Osasuna (2-0) con un equipo plagado de suplentes.
Un partido menos y misma distancia de seguridad. Eso es lo que consiguió el Barcelona ante Osasuna (2-0), en un partido espeso de los azulgrana, con un equipo plagado de suplentes y la cabeza y las piernas puestas en las semifinales de la Champions ante el Real Madrid.
Un tanto de David Villa, en el primer tiempo, y otro de Leo Messi, a dos minutos para el final, rubricaron la victoria en uno de esos partidos molestos en el calendario, en medio de una final copera y una semifinal europea.
Y con el 2-0, el Barça cumplió su objetivo: sumar como fuera los tres puntos y mantener la diferencia de ocho puntos con quince por jugar. No hizo gran cosa el equipo de Pep Guardiola, que marcó en los dos remates a puerta que intentó.
De salida, el Barça jugó veinte minutos sin tensión, plagados de errores, resueltos con una gran acción de Afellay, un buen centro de Jeffren Suárez y un tanto de David Villa. Poco más.
El gol del asturiano, en el minuto 24, puso fin a once partidos de sequía del delantero azulgrana, que no marcaba desde el 26 de febrero.
Sin Messi, ni Iniesta, Xavi, Piqué y Puyol, de salida, y tras la goleada del Real Madrid en Mestalla (3-6), el Barça buscaba alicientes en un partido que tenía que servir para descontar fechas en el calendario y mantener la ventaja al frente de la clasificación.
Pareció encontrarlos con la alineación del prometedor Thiago Alcántara, a quien Guardiola le dio hoy la vara de mando, y el joven centrocampista estuvo muy participativo, especialmente en los primeros minutos. Pero los protagonistas fueron otros: Villa, Mascherano y Valdés.
El asturiano, por su gol, un buen presagio con vistas a los próximos partidos ante el Real Madrid, pero el que brilló por encima de todos fue Javier Mascherano.
En su nueva demarcación como central, el argentino estuvo inmenso. Formó pareja con Milito y ofreció un recital de colocación y de buena salida del balón.
El Barça, con dos centrales argentinos y dos laterales brasileños, no hizo gran cosa antes del 1-0, pero tampoco mucho más después, sobre todo por los errores en el pase, donde Sergio Busquets se llevó la palma, y la dispersión mental.
Osasuna, con multitud de bajas, intentó ahogar al Barça en su campo. Mendilibar ordenó que su equipo jugará con las líneas muy adelantadas, pero salvo un par de acciones de Cejudo y Vadocz y una falta lanzada por Nekounam, apenas tuvo presencia en el área de Valdés.
La placidez con la que los azulgrana llevaron el partido se rompió en el último minuto del primer tiempo. Valdés, inédito hasta entonces, salvó la papeleta tras un remate desde el área pequeña de Damià Abella tras jugada de Kike Sola.
Valdés, perfecto de reflejos, rechazó el balón que dio en el palo. El susto se instaló en el Camp Nou con todo el segundo tiempo por jugarse.
En la segunda parte, Guardiola puso en juego a Iniesta, por Jeffren. Empezaron a calentar en la banda Messi y Xavi, pero el Barcelona seguía jugando a bajas revoluciones.
Tuvo que intervenir Valdés, para salvar un lanzamiento directo de Cejudo (m.50), hasta que el técnico del Barça miró hacia la banda y dio entrada a Messi (m.58) por Villa, que con el gol que había anotado ya había justificado su alineación.
Poco después entró Xavi, por un renqueante Milito, y los azulgrana intentaron recomponerse con Mascherano y Busquets como centrales.
Físicamente a los azulgrana se les vio muy justos. Seguían sin rematar a puerta, pero tampoco se sentía el Barça acosado por el rival que ofrecía poco más que presión.
Un remate de Iniesta, a un cuarto de hora del final, es lo más cerca que los de Guardiola tuvieron el gol hasta entonces en la segunda parte.
Messi aportó poca cosa en ataque y, para postre, el único lateral izquierdo que tiene disponible el Barça, Maxwell, se lesionó a veinte minutos para el final con los tres cambios ya realizados.
Mendilibar se la jugó con Pandiani y Timor a diez minutos para el final. Recompuso Guardiola su equipo. Acabó jugando Mascherano de lateral izquierdo, Xavi de mediocentro defensivo y el Barça resoplando.
En una de las buenas pocas conexiones en ataque de los azulgrana. Alves jugó con Messi y el argentino cerró el partido (2-0) y abrió de par en par la puerta de la Liga. Un triunfo para mantenerse a una buena distancia del segundo, pero una victoria cara, con la prácticamente segura lesión de Maxwell, el único lateral izquierdo disponible tras los problemas físicos de Adriano y la enfermedad de Abidal.
Un tanto de David Villa, en el primer tiempo, y otro de Leo Messi, a dos minutos para el final, rubricaron la victoria en uno de esos partidos molestos en el calendario, en medio de una final copera y una semifinal europea.
Y con el 2-0, el Barça cumplió su objetivo: sumar como fuera los tres puntos y mantener la diferencia de ocho puntos con quince por jugar. No hizo gran cosa el equipo de Pep Guardiola, que marcó en los dos remates a puerta que intentó.
De salida, el Barça jugó veinte minutos sin tensión, plagados de errores, resueltos con una gran acción de Afellay, un buen centro de Jeffren Suárez y un tanto de David Villa. Poco más.
El gol del asturiano, en el minuto 24, puso fin a once partidos de sequía del delantero azulgrana, que no marcaba desde el 26 de febrero.
Sin Messi, ni Iniesta, Xavi, Piqué y Puyol, de salida, y tras la goleada del Real Madrid en Mestalla (3-6), el Barça buscaba alicientes en un partido que tenía que servir para descontar fechas en el calendario y mantener la ventaja al frente de la clasificación.
Pareció encontrarlos con la alineación del prometedor Thiago Alcántara, a quien Guardiola le dio hoy la vara de mando, y el joven centrocampista estuvo muy participativo, especialmente en los primeros minutos. Pero los protagonistas fueron otros: Villa, Mascherano y Valdés.
El asturiano, por su gol, un buen presagio con vistas a los próximos partidos ante el Real Madrid, pero el que brilló por encima de todos fue Javier Mascherano.
En su nueva demarcación como central, el argentino estuvo inmenso. Formó pareja con Milito y ofreció un recital de colocación y de buena salida del balón.
El Barça, con dos centrales argentinos y dos laterales brasileños, no hizo gran cosa antes del 1-0, pero tampoco mucho más después, sobre todo por los errores en el pase, donde Sergio Busquets se llevó la palma, y la dispersión mental.
Osasuna, con multitud de bajas, intentó ahogar al Barça en su campo. Mendilibar ordenó que su equipo jugará con las líneas muy adelantadas, pero salvo un par de acciones de Cejudo y Vadocz y una falta lanzada por Nekounam, apenas tuvo presencia en el área de Valdés.
La placidez con la que los azulgrana llevaron el partido se rompió en el último minuto del primer tiempo. Valdés, inédito hasta entonces, salvó la papeleta tras un remate desde el área pequeña de Damià Abella tras jugada de Kike Sola.
Valdés, perfecto de reflejos, rechazó el balón que dio en el palo. El susto se instaló en el Camp Nou con todo el segundo tiempo por jugarse.
En la segunda parte, Guardiola puso en juego a Iniesta, por Jeffren. Empezaron a calentar en la banda Messi y Xavi, pero el Barcelona seguía jugando a bajas revoluciones.
Tuvo que intervenir Valdés, para salvar un lanzamiento directo de Cejudo (m.50), hasta que el técnico del Barça miró hacia la banda y dio entrada a Messi (m.58) por Villa, que con el gol que había anotado ya había justificado su alineación.
Poco después entró Xavi, por un renqueante Milito, y los azulgrana intentaron recomponerse con Mascherano y Busquets como centrales.
Físicamente a los azulgrana se les vio muy justos. Seguían sin rematar a puerta, pero tampoco se sentía el Barça acosado por el rival que ofrecía poco más que presión.
Un remate de Iniesta, a un cuarto de hora del final, es lo más cerca que los de Guardiola tuvieron el gol hasta entonces en la segunda parte.
Messi aportó poca cosa en ataque y, para postre, el único lateral izquierdo que tiene disponible el Barça, Maxwell, se lesionó a veinte minutos para el final con los tres cambios ya realizados.
Mendilibar se la jugó con Pandiani y Timor a diez minutos para el final. Recompuso Guardiola su equipo. Acabó jugando Mascherano de lateral izquierdo, Xavi de mediocentro defensivo y el Barça resoplando.
En una de las buenas pocas conexiones en ataque de los azulgrana. Alves jugó con Messi y el argentino cerró el partido (2-0) y abrió de par en par la puerta de la Liga. Un triunfo para mantenerse a una buena distancia del segundo, pero una victoria cara, con la prácticamente segura lesión de Maxwell, el único lateral izquierdo disponible tras los problemas físicos de Adriano y la enfermedad de Abidal.
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