Las instituciones económicas mundiales piden el fin de la guerra de divisas
El Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han advertido de que la política de algunos países, en concreto China, de mantener la cotización de las divisas artificialmente baja para favorecer sus exportaciones puede frenar la salida de la crisis.
"Sería justo decir que muchos (países) consideran la divisa como un arma y eso ciertamente no es bueno para la economía global", dijo el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, que recordó que "muchos están hablando de una guerra de divisas".
Los responsables de los organismos económicos internacionales critican que los países emergentes, sobre todo China, persistan en mantener un precio artificialmente bajo en sus monedas.
El FMI ha dicho que estas divisas necesitan apreciarse y que por el contrario las de los países avanzados, con el dólar a la cabeza, precisan depreciarse.
En esta línea, el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, cree que algunas naciones están relajando sus políticas monetarias, y otras, en respuesta, las están endureciendo.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no logró este jueves frenar una nueva apreciación del euro, que llegó a los 1,40 dólares por primera vez desde comienzos de febrero.
Trichet alertó de que la excesiva volatilidad en los mercados de divisas tiene implicaciones adversas para la estabilidad económica y financiera e hizo hincapié en que "los tipos de cambio deben reflejar fundamentos económicos".
El máximo órgano ejecutivo del Banco Central Europeo había decidido previamente mantener los tipos de interés en el 1 por ciento por decimoctavo mes consecutivo, un nivel que favorece la apreciación de la divisa europea, ya que en EEUU las tasas se sitúan en un rango entre el 0 y el 0,25 por ciento.
El BCE mantiene su intención de retirar progresivamente las medidas no convencionales aplicadas en la crisis financiera, a diferencia de lo que ha hecho el Banco de Japón y se prevé que haga la Reserva Federal estadounidense (Fed).
El pasado martes, el Banco de Japón redujo por sorpresa los tipos de interés hasta un rango de entre el 0 y el 0,1 por ciento, como entre los años 2000 y 2006, para impulsar la reactivación económica, y comprará activos por valor de 43.500 millones de euros.
Los mercados dan por descontado que la Fed anunciará a comienzos de noviembre más compras de deuda pública para impulsar su economía.
Así las cosas, la Comisión Europea (CE) ha manifestado su temor a que el precio del euro pueda afectar negativamente a la recuperación económica comunitaria, con mención expresa a la responsabilidad de China.
Ante estas advertencias, el primer ministro chino, Wen Jiabao, reclamó ayer en Bruselas que dejen de presionarle para apreciar el yuan, ya que a su juicio eso podría causar una crisis en el gigante asiático y un "desastre" para la economía mundial.
Pero, según el director gerente del FMI, el necesario reequilibrio global no podrá llegar si no se produce un ajuste en el valor de las divisas mundiales.
Strauss-Kahn añadió que no puede haber soluciones nacionales a una crisis global y que es necesario actuar de forma coordinada e insistió en que la tendencia al unilateralismo es "una amenaza real".
Los líderes del G-7 discutirán las actuales tensiones en los mercados financieros en un encuentro en el FMI este fin de semana.
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