No es un premio cualquiera, es una historia de superación. Y es que en el día de ayer se procedió a la entrega de premios a los titulados del curso académico 2008/2009 promovidos por la Fundación Teresa Rivero y que en esta tercera edición han recaído en Sara Romero Amorós, diplomada en Gestión y Administración en el curso 2008/2009, que no sólo ha logrado aprobar las asignaturas sino que ha conseguido algo mucho más complicado: vencer sus dificultades auditivas y psicomotrices. Asimismo, el jurado de esta convocatorio acordó, vista la candidatura presentada por sus compañeros, reconocer públicamente el esfuerzo realizado por Elisa Sánchez Mato, merecedora también de este premio por “la inaudita calidad humana y esfuerzo demostrados al compatibilizar sus obligaciones familiares y estudios con la grave enfermedad que padeció”, por lo que le otorgaron a título póstumo un diploma acreditativo que recogió su viudo, Rafael Vaca, y su pequeño, Rafa que -orgulloso- asistió al reconocimiento.
Sara, como premio, realizará un año de prácticas profesionales en la Fundación Teresa Rivero, por lo que le agradeció a la Fundación Teresa Rivero y a las facultades tanto de Derecho como de Ciencias Sociales la distinción por su trabajo ya que “no ha sido fácil llegar a obtener la diplomatura, y he tenido la fortuna de contar con el apoyo en todo momento de mi familia y de mis compañeros de estudios. Desde pequeña he tenido claro lo que quería, y lo he conseguido con mucho esfuerzo. La diplomatura en Gestión y Administración de Empresas es una gran desconocida, y desde mi modesta aportación, me gustaría que tuviera mayor reconocimiento”.
Por otro lado, se procedió a la lectura pública de una carta escrita por Yolanda Ojeda. Esta joven, quiso con sus palabras que se le reconociera el esfuerzo a su compañera, Elisa, que junto a ella inició sus estudios de Enfermería en el curso 2006/07, finalizándolos en junio de 2009. Desgraciadamente, Elisa fallecería el 12 de septiembre, víctima de cáncer de mama metastatizado que le acompañó durante toda su carrera.
Las palabras de su amiga lo dicen todo. “Además, de atender a su hijo y a su marido, Elisa compatibilizó la totalidad de sus estudios con el tratamiento quimioterápico en el Hospital del SAS de nuestra ciudad. A pesar de su estado de salud, acudió en todo momento a las distintas actividades, incluidas las prácticas clínicas y superó las mismas pruebas que el resto de compañeros. Para ella, era muy importante no recibir un trato especial. Quería aprender a ser enfermera para ayudar a quienes vivían una situación de salud similar a la suya y decía que si la ayudaban no podría ser útil pues sin saber no se puede cuidar”.
Yolanda continúa su escrito diciendo que “iniciamos juntas los estudios de Enfermería y juntas los finalizamos. Estos tres años de estudios compartidos han sido, para todos cuantos hemos vivido la experiencia, una oportunidad de crecimiento. A Elisa no la detuvieron las nauseas, ni el dolor, ni la alopecia, ni el cansancio. Su sentido de la responsabilidad, su compromiso y su interés han estado por encima del sufrimiento y las dificultades”.
Con esta misiva, el delegado municipal de Educación, Juan Salguero; la directora de Imagen y Relaciones Públicas de Nueva Rumasa en Jerez, Paloma Ruiz-Mateos; el vicepresidente de la Fundación Teresa Rivero, Juan Manuel Corchado, y el director de Secretariado de la Universidad de Cádiz, Manuel Gómez del Valle, dejaron claro que “estos premios no sólo premian los expedientes más laureados”, tal y como afirmó Corchado, sino reconocen algo mucho más importante como es “el afán de superación”, algo que esta vez ha sabido valorar a la perfección un jurado compuesto por Juan Manuel Corchado, vicepresidente de la Fundación Teresa Rivero; Manuel Gómez del Valle, director del Secretariado de Alumnos de la UCA; Pedro Muñoz, en representación del edil de Educación, Juan Salguero; Paloma López Zurita, decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación; Rocío Domínguez Bartolomé, decana de la Facultad de Derecho; Manuel J. Portillo, del Patronato de la Fundación y Juan Diego Barea, en representación de los alumnos.